Beñat ZALDUA
MADRID
JUICIO CONTRA EL INDEPENDENTISMO CATALÁN

Los líderes catalanes cierran el juicio apelando a la política y a sus convicciones

La vista oral contra los dirigentes catalanes concluyó ayer con breves y, en general, contundentes alegatos que reivindicaron el referéndum del 1-O y recordaron la naturaleza política del conflicto y del juicio.

«Muchas gracias, visto para sentencia. Abandonen la Sala». Cuatro meses después, 52 sesiones más tarde y tras 422 testigos, el juez Manuel Marchena dio ayer por acabada la vista oral del juicio contra el independentismo catalán con estas nueve escuetas palabras. Tampoco hacía falta mucha más ceremonia, dado que esto está lejos de acabar.

En los próximos días, el tribunal deberá decidir sobre la petición de libertad de los presos y, si la deniega, se abrirá la reclamación para que sean trasladados a prisiones catalanas; mientras, deberá decidir –patata caliente– sobre el acta de eurodiputado de Oriol Junqueras, y luego quedará, previsiblemente para otoño, la sentencia. Y tras ella, los recursos a instancias superiores. En realidad, falta mucho para que esto acabe.

Pero ayer se cerró una de las fases más intensas de este largo proceso: la vista oral que arrancó un lejano 12 de febrero. Sirva como referencia que Pedro Sánchez ni siquiera había convocado entonces las elecciones del 28A. Las sesiones en el TS concluyeron como empezaron, con los acusados dejando en evidencia, por mucho que les pese a las acusaciones y a algunas de las defensas, que esto es un juicio político. Desde Cuixart a Vila, pasando por Forcadell y Junqueras, todos reivindicaron, a su manera, estar sentados en el banquillo de los acusados por su actividad política, y todos reclamaron al tribunal que devuelva a la arena política una pelota que nunca debía haber caído en sus manos.

Potentes alegatos finales

Fueron alegatos contundentes entre los que destacó quizá el del presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, probablemente la figura más transversal dentro y fuera del independentismo en estos momentos. «No me arrepiento de nada, lo volvería a hacer. Realicé llamadas a la movilización permanente y las vuelvo a hacer ahora y aquí», aseguró.

Reivindicó la desobediencia civil como herramienta de protesta y defendió que «el problema de nuestros días es la obediencia civil, que permite que estemos siendo acusados aquí por el Estado y por Vox». «Del resultado de este juicio depende el futuro de la democracia en el Estado español», concluyó.

El primero en lanzar su alegato, sin embargo, fue Oriol Junqueras, que sorprendió por su brevedad y cierta inconcreción, aunque fue claro a la hora de pedir llevar el conflicto a la política, el diálogo y la negociación. Tras él llegó Raül Romeva, que pronunció uno de los discursos más potentes. Denunció que la Fiscalía «ha buscado el escarmiento», reivindicó el referéndum del 1-O y subrayó su condición: «Somos políticos y políticas haciendo política».

Joaquim Forn, con una nota lacónica, lamentó que se le condenará «por mis ideas» y aseguró mantenerse en su «ideario». Tras él llegaron otros dos de los momentos culminantes con Jordi Turull y Josep Rull. El primero acusó a la Fiscalía de tener una «mentalidad insegura o autoritaria» por confundir «discrepancia con ataque», consideró que «están en juego los derechos fundamentales de nuestros hijos» y culminó: «Soy independentista y lo seguiré siendo». Tras él, Rull reivindicó que «la democracia se defiende con más democracia, y los derechos, con más derechos».

Por su parte, Jordi Sànchez reivindicó la acción no violenta, lamentó el dolor producido por la cárcel e instó al tribunal a «no agravar el problema político». Tras él llegó Carme Forcadell, que no se guardó ningún reproche contra la Fiscalía y llamó a no convertir a los parlamentos en órganos censores.

Tras la última de las encarceladas en hablar, Dolors Bassa, llegaron los tres exconsellers en libertad: Santi Vila –«el acuerdo estuvo a punto de ser posible»–, Meritxell Borràs, que subrayó la naturaleza política del conflicto, y Carles Mundó, que pidió la libertad de sus compañeros.

 

PETICIONES DE LAS ACUSACIONES

ORIOL JUNQUERAS

«Lo mejor para todos sería devolver la cuestión a la política»

Petición Fiscalía: 25 años
Petición Abogacía del Estado: 12 años
Petición Vox: 74 años

 

JORDI SÀNCHEZ

«En política no hay puertas que se resistan si hay una gran mayoría detrás»

Petición Fiscalía: 17 años
Petición Abogacía del Estado: 8 años
Petición Vox: 52 años

 

CARME FORCADELL

«Se me juzga por mi trayectoria política, por ser quien soy, no por lo que he hecho»

Petición Fiscalía: 17 años
Petición Abogacía del Estado: 10 años
Petición Vox: 52 años

 

RAÜL ROMEVA

«Somos políticos haciendo política, pase lo que pase, nuestra mano seguirá tendida»

Petición Fiscalía: 16 años
Petición Abogacía del Estado: 11 años y medio
Petición Vox: 74 años

 

JORDI TURULL

«El 1-O no hubo murallas humanas, hubo montañas de dignidad»

Petición Fiscalía: 16 años
Petición Abogacía del Estado: 11 años y medio
Petición Vox: 74 años

 

JOSEP RULL

«No nos quitarán la dignidad de defender unas ideas legítimas y nobles»

Petición Fiscalía: 16 años
Petición Abogacía del Estado: 11 años y medio
Petición Vox: 74 años

 

JOAQUIM FORN

«Si estamos aquí es por el fracaso de la política y como castigo por el referéndum»

Petición Fiscalía: 16 años
Petición Abogacía del Estado: 11 años y medio
Petición Vox: 74 años

 

CARLES MUNDÓ

«Estamos a tiempo de buscar soluciones, que todos sepan estar a la altura»

Petición Fiscalía: 7 años
Petición Abogacía del Estado: 7 años
Petición Vox: 24 años

 

MERITXELL BORRÀS

«El anhelo de buena parte de Catalunya de decidir su futuro continuará»

Petición Fiscalía: 7 años
Petición Abogacía del Estado: 7 años
Petición Vox: 24 años

 

JORDI CUIXART

«No hay arrepentimiento, lo volvería a hacer, es un juicio a la democracia»

Petición Fiscalía: 17 años
Petición Abogacía del Estado: 8 años
Petición Vox: 52 años

 

DOLORS BASSA

«Desobediencia hubiese sido presentarse con un programa y no cumplirlo»

Petición Fiscalía: 16 años
Petición Abogacía del Estado: 11 años y medio
Petición Vox: 74 años

 

SANTI VILA

«Estamos en un cruce, podemos entroncar con la peor tradición, o con la mejor»

Petición Fiscalía: 7 años
Petición Abogacía del Estado: 7 años
Petición Vox: 0 años