Gloria Latasa
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AZKEN PUNTUA

Cola de escorpión

En latitudes medias, cuando se forma una ciclogénesis explosiva es posible que aparezca otro fenómeno meteorológico asociado, curioso y difícil de prever. Se trata de lo que se conoce como Sting Jet, también llamado jet en gancho o de cola de escorpión.

El nombre le viene por una nube que envuelve la parte central de la borrasca, con forma de cola de escorpión, visible en las imágenes de satélite. En su parte final se suelen producir vientos que pueden llegar a alcanzar velocidades de hasta 200 km/h.

El origen está en una anomalía térmica atmosférica que provoca la «precipitación» de vientos situados en niveles medios-bajos hacia la superficie. En su descenso, se enfrían y aceleran. El sector por el que estos vientos aparecen suele ser el flanco S y SE de la baja presión.

La última vez que ha ocurrido algo similar ha sido los días 5,6 y 7 de junio con la borrasca Miguel en las costas gallegas. Una rareza (más «normal» que aparezcan en los meses fríos en el Atlántico) que tuvo una caída de presión de 22 hPa en 24 h y unos vientos traseros de 140 km/h.

La predicción de un Sting Jet requiere vigilar la presión del aire, las anomalías térmicas y las imágenes de satélite. Una tarea complicada, ya que se trata de un fenómeno muy rápido y muy potente. Los daños que puede ocasionar están también relacionados con las características de los territorios por los que «caprichosamente» se mueve.