Tras ser la mejor trainera de la ARC-1 el año pasado y lograr el ascenso en el play-off, con más apuros de los esperados, Astillero volvió a la Liga Eusko Label por la puerta grande, quitándose de encima el peso que suponía dejar la máxima categoría sin representación cántabra por primera vez en la historia. Ahora, el objetivo no será otro que mantenerse en la élite y seguir asentando las bases de un proyecto con la firme intención de, a medio plazo, recuperar la gloria de antaño.

Para ello, la directiva sigue confiando en las expertas manos de Miguel Ángel Ruiz, remero curtido en mil batallas –tanto en las filas de Astillero como de Kaiku y Urdaibai– y que como técnico tuvo un estreno exitoso la pasada campaña. En su vuelta a la ACT, Ruiz saca ficha de remero y contará con una plantilla corta pero con incorporaciones más que interesantes.

Se trata concretamente de David Fernández y Sergio Enrique Rodríguez, titulares el año pasado en la trainera de Cabo que tan buenos resultados cosechó, así como Andrés Peña, remero con gran experiencia en botes como Castro, Amegrove o Zierbena, y que los últimos dos años ha estado remando en Mera.

También llama la atención el cambio de patrón. Los cántabros pierden a un clásico como Iker Gimeno, ahora en las filas de “La Tomatera” en la ARC1, y en su lugar incorporan al joven Iván Gómez, canterano que vuelve a la primera trainera de casa, y a un veterano como Santiago López García de Bikuña. El de Castro, a sus 60 años, deja “La Marinera” para enrolarse de nuevo en la ACT, tras cinco años lejos de los focos en la ARC1 y la ARC2.

El objetivo será mantener la categoría, no hay duda, pero si las lesiones les respetan los cántabros tienen mimbres para intentar mirar a la media tabla.