Instituciones Penitenciarias ha confirmado la concesión del tercer grado penitenciario al preso alavés José Angel Otxoa de Eribe, que lleva casi dos décadas entre rejas y en la actualidad cumple condena en Castelló. La decisión está motivada por su enfermedad grave e incurable y debería desembocar en su puesta en libertad, aunque por el momento sigue entre rejas.

En realidad, Otxoa de Eribe está enfermo desde abril de 2015, cuando a raíz de un control rutinario y tras diversas pruebas que se prolongaron un año se detectó que padecía cáncer. Esto ha hecho que figurara en la lista de 21 presos enfermos que debieran estar libres, elaborada por Jaiki Hadi, si bien el suyo era uno de los nombres que permanecían anónimos por su deseo de guardar la confidencialidad.

Tras ser tratado entonces de la enfermedad y aparentemente haber mejorado entre 2016 y 2018, volvió a ser otro análisis rutinario el que confirmó en abril pasado que su dolencia se había reproducido. En mayo, una prueba prevista en el Hospital de Castelló quedó suspendida dado que la máquina se había estropeado. Antes, en 2016, ya se le tuvo que trasladar a Valencia porque en Castelló no existían dotaciones necesarias.

La confirmación reciente de la gravedad de la enfermedad ha hecho que sus abogados hayan activado todas las posibilidades existentes, incluyendo la suspensión de condena, pero lo que finalmente ha determinado Instituciones Penitenciarias en la concesión de este tercer grado.

Etxerat ha recordado que este preso tiene 61 años y ha cumplido tres cuartas partes de la condena. Reclama a los responsables penitenciarios y judiciales que «actúen con rapidez para que esté lo antes posible con sus familiares, para que sea atendido con toda la humanidad que la situación requiere».

En una lectura general, los familiares apuntan que «la crueldad no puede seguir cercenando el derecho a la salud, no puede apagar su esperanza ni la nuestra. Los que presentan los cuadros más graves deben ser excarcelados y es imprescindible agilizar las concesiones de segundo grado con flexibilidad o tercer grado, a efectos de libertad condicional o en su defecto prisión domiciliarioa».

Otxoa de Eribe fue detenido en México en el 2000 y entregado al Estado español. Desde entonces está encarcelado por imputaciones de pertenencia a ETA que se remontan a los años 80.

Coello sale unas horas para estar con su compañero enfermo

El pasado mes de enero, el Juzgado admitió la suspensión de condena del preso vasco Asier Aginako por una enfermedad de carácter grave e incurable. Ahora, su compañera también encarcelada, Aitziber Coello, ha recibido permiso judicial para salir diariamente de prisión durante unas pocas horas para poder acompañarle y estar también con el hijo de ambos.

Coello está encarcelada en Picassent (Valencia). Tras la suspensión de su condena, Aginako decidió quedarse en esa ciudad para poder estar cerca de ella. El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria explica en su auto que «se da en la interna una circunstancia específica, que es la situación de su esposo en estado muy grave», de la que se deriva la necesidad de atenderle y además de «fomentar la relación familiar ante la situación descrita y el hijo de ambos».

Recuerda además el Juzgado que Aitziber Coello ha cumplido ya las tres cuartas partes de su condena y «no constan actualmente expedientes disciplinarios».

Estas salidas de prisión durante algunas horas diarias, concedidas por este auto de finales de mayo, se derivan de la clasificación de la prisionera en segundo grado y la aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario.

Según los últimos datos, en la actualidad están en segundo grado 43 presos y presas vascas, lo que supone algo más del 15% del Colectivo.R.S.