Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «Men In Black International»

Alienígenas y otras criaturas terrícolas

Más allá del enlutado vestuario de los protagonistas y su obsesión por borrar la mente de los humanos que sabían demasiado, poca o ninguna similitud encontramos con las tres entregas anteriores, las cuales, y a pesar de no ser todo un dechado de virtudes, al menos lograban generar cierta simpatía gracias a su singular bestiario de extraterrestres y, sobre todo, el oportuno toque de cinismo que incluían los gags compartidos por Will Smith y Tommy Lee Jones.

En esta nueva entrega diseñada supuestamente para reflotar la franquicia, topamos con un guion muy alejado de lo que en su día fue el original comiquero y todo transita por vías muy seguras y alejadas de cualquier tipo de riesgo comercial innecesario para que sea disfrutada por el mayor número posible de espectadores. Se trata, en definitiva, del enésimo producto de consumo rápido diseñado para ser degustado en temporada veraniega. Acción, efectos digitales y comedia son las bazas que maneja esta producción y en ninguna de ellas se muestra especialmente afortunada.

La acción se compone a ratos de secuencias atropelladas, los efectos digitales son bastante funcionales y la comedia se traduce en un encadenado de gags que en buena parte de su metraje bordean el humor de calibre grueso.

Tal vez la química que asoma a ratos entre Chris Hemsworth y Tessa Thompson figure entre lo más relevante de la función lo cual indica, en el caso de Hemsworth especialmente, que se trata de un actor que tiene la saludable virtud de saber reirse de sí mismo; tal y como lo hizo en la desastrosa “Ghostbusters” del 2016 encarnando al inclasificable recepcionista Kevin.

Transformada en una vertiginosa montaña rusa, “Men in Black International” pisa el acelerador desde sus primeros compases y deriva en un show circense tan efectivo como inofensivo.