El menor fallecido, indicaron fuentes de la investigación policial, estaba escolarizado en un centro donde obtenía buenas notas y estaba bien integrado, si bien había estudiado en cursos anteriores en otro colegio donde había sufrido problemas de relación con algunos de sus compañeros.

Responsables de ese centro, Jado Ikastetxea de Erandio, donde el chaval pudo haber tenido algún conflicto con otros alumnos, aseguró a la agencia Efe que han «mantenido una comunicación constante» con el Departamento de Educación de Lakua siempre que se les ha solicitado «y por supuesto con la Ertzaintza» que está realizando la investigación sobre la muerte del menor. «Estamos a disposición de las instituciones y también de la familia», manifestaron desde ese colegio perteneciente a la Provincia Marista Ibérica.

En un comunicado, el centro religioso se refirió a esa muerte como un «triste suceso que le ha ocurrido a un exalumno de nuestro colegio» y transmitió «su condolencia a la familia y amigos». «Sentimos muchísimo el dolor de su familia y si hay algo que podamos hacer por ellos saben que pueden contar en todo momento con nuestra solidaridad, apoyo y respeto a su intimidad y la de su hijo», añadieron en su mensaje.

La Ertzaintza analiza, por tanto, el entorno escolar del fallecido en los acantilados de Punta Galea, en Getxo, pero también el resto de sus circunstancias personales y familiares. Prudencia a la hora de especular sobre las razones que rodean a la muerte del chaval de 13 años, que ha sacudido a la sociedad.

La consejera de Seguridad del Ejecutivo de Lakua, Estefanía Beltrán de Heredia, comentó, en los pasillos del Parlamento de Gasteiz, que la investigación policial por esa muerte «sigue su curso» y que «todas las líneas de investigación están abiertas».