Ramón SOLA

Un cascantino, corneado por segunda vez en cinco años y bajo el mismísimo santo

El anecdotario del encierro de Iruñea engordó este 12 de julio con un nombre: Mariano Jiménez Baigorri, albañil de Cascante de 57 años, tiene el dudoso honor de acumular dos cornadas. La primera se la dio un Torrestrella el 7 de julio de 2014 en el perineo. La segunda se la propinó un Núñez de Cuvillo ayer en el muslo izquierdo. Ambas en Santo Domingo, las dos menos graves.

Apunten ahora los supersticiosos: el capotico de San Fermín hace sus milagros cada mañana, sí, pero debajo justo de la hornacina también te puede pillar un toro. Jiménez corría justo bajo el hueco en que se coloca la figura del santo cuando fue alcanzado por este morlaco llamado Palmero, que luego siguió su carrera como si nada.

Caídas por doquier

La quinta fue una mañana trompicada a más no poder. Como si los toros hubieran palpado el descontento de los corredores (ayer también hubo unos cuantos sentados en el suelo como protesta), su carrera fue mucho más discontinua que las primeras de este 2019. Hubo caídas constantes en todos los tramos, no por resbalones sino generalmente por tropezones con los bípedos. Incluso al final de Estafeta hubo un momento en que tres bureles se vinieron al suelo a la vez, cada uno por su lado.

En otros tiempos ello hubiera sido sinónimo de manada rota, pero con el entrenamiento actual los astados parecen programados para no quedarse rezagados pase lo que pase. Todos se incorporaron rápidamente tras cada traspié y con un buen ritmo de aceleración, de modo que los seis se habían plantado en los corrales de la Plaza de Toros en dos minutos y 18 segundos.

La Cruz Roja estimó al principio que habría cuatro o más traslados a hospitales, pero de nuevo se repitió la noticia de un corredor que se niega a ser atendido y se marcha a casa. Con ello, al final la ambulancia solo se llevó a un mozo de Barañain de 28 años con un traumatismo torácico y a otro de Marcilla de 59 con un golpe en la rodilla izquierda, además del cascantino empitonado.

Empezando a hacer balance

A falta de los debutantes de La Palmosilla hoy y los Miura de mañana domingo, lo seguro es que el número de cornadas superará con creces el del año pasado, porque ya van seis frente a las dos de 2018. Tres se produjeron el día 7, una el 8 (en realidad un puntazo superficial), la quinta el 11 y esta sexta el 12.

Otra cosa será que alguna de las ocho carreras supere los tres minutos de duración, lo que todavía no ha ocurrido por mor de los cabestros sprinters de la ganadería El Uno. Han sido rebautizados ya como «quitanieves» por los corredores, que se sienten repelidos por estos bueyes de cabeza como si fueran bolas de agua helada. ¿Conseguirán los míticos Miura mañana adelantarles en la cabeza? Es otra de las preguntas pendientes.