GARA
WASHINGTON

Movilización contra los campos de detención y las redadas en EEUU

La movilización contra los campos de detención de migrantes en Estados Unidos, extendida por numerosas ciudades, se ha visto reforzada por los informes oficiales sobre sus condiciones, así como por el anuncio por parte del presidente, Donald Trump, del inicio de redadas contra inmigrantes este mismo fin de semana en diez ciudades concretas. La medida ha desatado el pánico entre los migrantes y el rechazo de autoridades locales.

«¡Liberadlos ahora!». El llamamiento lanzado por miles de personas se repite desde frontera mexicana a Washington DC, para reclamar el cierre de los campos de retención de migrantes, calificados como verdaderos campos de concentración.

«Cerrad los campos de concentración», «El lugar de los niños no son las celdas», «no somos nazis», proclamaban los carteles de los manifestantes en el puesto fronterizo de San Isidro, en California, frente a la localidad mexicana de Tijuana.

Desfiles similares se llevaron a cabo en otras ciudades de Estados Unidos, como El Paso, Miami, San Diego, y Nueva York, Los Ángeles y Washington DC, diez días después de la denuncia sobre las condiciones de estos centros de detención divulgadas en una audiencia en el Congreso.

«La definición de campos de concentración es un lugar donde las personas que no son delincuentes, por motivos raciales o étnicos, son detenidas, eso es lo que está sucediendo ahora, tenemos campos de concentración en Estados Unidos», sostuvo Mimi Rosicky, de 56 años, vestida con una camisa blanca con rayas negras y una estrella de David amarilla en el pecho.

En Washington, centenares de personas se concentraron en Lafayette Square, a escasos pasos de la Casa Blanca. «Clases, no jaulas», coreaban activistas, maestros, inmigrantes, religiosos y la congresista demócrata Norma Torres, nacida en Guatemala. A su juicio, los responsables de las muertes en la frontera son los presidentes de los países del Triángulo Norte y la Administración estadounidense, a la que responsabilizó de estar «incriminando el simple pedido de asilo».

Los asistentes rechazaron, además, la amenaza de redadas que comenzarán hoy en diez ciudades del país, según confirmó el viernes el propio Trump. La presidenta de la organización Families Belong Together, Jess Morales Rocketto, denunció que «las redadas masivas aterrorizarán a menores, separarán familias y creará el caos por el país».

«La Administración está ejecutando una agenda cruel, supremacista blanca para traumatizar a familias en vez de tomar acciones para abordar las condiciones horribles que están matando a menores migrantes bajo custodia de EEUU», añadió.

Autoridades como el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, o el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, han prometido hacer frente a las medidas apoyando a los inmigrantes y hace valer la condición de «santuario» de sus ciudades.

Gustavo Torres, director de la organización latina y proinmigrante CASA de Maryland, señaló que «estamos preparándonos para esto; estamos educando a nuestra comunidad».

«Estamos demandando que pare ya mismo esta injusticia, esta humillación, este maltrato en contra de nuestras familias», agregó Torres, quien estimó que «hay 52.000 familias detenidas, de ellos 15.000 niños y niñas están detenidos».

Los centros de detención de inmigrantes están bajo el escrutinio público después de difundirse informes independientes y del propio Gobierno que advierten de hacinamiento y condiciones insalubres. Hace diez días, la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reconoció hacinamiento extremo, estancias largas y riesgos para la salud en los centros de la Patrulla Fronteriza en el sur de Texas.

En una audiencia ante el Senado, la abogada Elora Mukherjee, tras su visita al centro de detención de Clint (Texas), relató que los menores recluidos vivían con miedo a los guardias, dormían sobre el suelo de cemento y no tenían acceso a jabón y otras necesidades básicas.

Los mismos congresistas escucharon el pasado miércoles el testimonio de una madre guatemalteca cuya hija de 19 meses falleció en mayo después de enfermar mientras estaba recluida junto a ella en un centro de detención.