Maider IANTZI
DONOSTIA

Llaman a manifestarse por Sara e Izar el 8 de setiembre

Desde que la jueza de Picassent dejó libre al agresor de Izar y Sara, ambas viven bajo la amenaza de ser nuevamente agredidas. El 8 de setiembre, dos días antes del inicio del juicio, reivindicarán que quieren vivir.

«Porque este sistema judicial no nos protege, porque nos hace culpables, porque Izar y Sara se merecen un juicio justo; en definitiva, porque las mujeres tenemos derecho a ser libres y vivir sin miedo», la plataforma Izar eta Sararen aldeko Babes Ekimena llama a participar en la manifestación que ha convocado en Donostia.

La cita es el 8 de setiembre, dos días antes de que empiece en la Audiencia Provincial de Valencia el juicio del agresor. Partirán desde el Boulevard donostiarra, a las 13.30, con el lema “Bizi nahi dut. Sara eta Izar solas ante esta justicia”.

Aparte de realizar el llamamiento para acudir a la marcha, las participantes de la plataforma Izar eta Sararen aldeko Babes Ekimena explicaron ayer en rueda de prensa la situación en la que viven madre e hija, que, aun siendo las víctimas, deben estar controladas y localizables las 24 horas del día.

«Tal y como expresaba hace pocos días la víctima de la violación grupal de los sanfermines de Iruñea hace dos años, para Sara también ha resultado más dolorosa la forma en la que madre e hija han sido tratadas por la llamada justicia que la agresión misma», declararon. Como botón de muestra, mientras la pequeña se encontraba entre la vida y la muerte tras la agresión de enero de 2017, la justicia española necesitó 24 días para autorizar a la madre de la pequeña estar en el hospital todo el día con ella.

Amaia Zurutuza, Malen Dominguez y Miren Sierra, de la plataforma Izar eta Sararen aldeko Babes Ekimena, indicaron que la calificación del delito realizada por la Fiscalía reconoce la existencia de una agresión machista y solicita para él 30 años de cárcel, 7 años de libertad vigilada, la retirada definitiva de la patria potestad, una indemnización y la asistencia a cursos de reinserción social. «Nos parece importante la calificación como violencia machista, aunque no podemos esconder nuestra preocupación por lo que pueda ocurrir en el juicio», apuntaron. Consideran que la movilización social es «la única forma de que la llamada justicia cambie».