Aritz INTXUSTA
BALANCE DEL GOBIERNO DEL CAMBIO (I)

ADIÓS A UN GOBIERNO QUE LLEGÓ CON NADA PARA CAMBIARLO TODO

Hace cuatro años, el vuelco electoral despertó una ilusión que no se ve hoy con el de María Chivite. La crisis acuciaba el interés por la política y la ciudadanía entendía que, pese a que no había un duro, aquel Gobierno realizaría grandes transformaciones. Y las acometió. Muchas de ellas se completaron y perdurarán.

Chivite no desprende la misma ilusión. Ni de lejos. La desgana es palpable, ya no solo en EH Bildu, que la reflejó con su abstención en la investidura, sino también en los tres partidos que continuarán en el Gobierno. Y parece que el PSN tampoco busca despertar esa emoción. Los nombres que se filtran para las consejerías tienen perfil rotundo de hombres del partido sin más méritos, lo que da a todo el equipo cierto aire mercenario. Por contra, Uxue Barkos formó su Ejecutiva con perfiles mucho más vistosos: profesores universitarios, profesionales de la UPNA, técnicos de alto grado de Hacienda, abogadas de reconocido prestigio y con Manu Ayerdi como empresario voraz (al final será el que se quede).

Cierto es que la sobrecapacitación de algunos de los currículums no se tradujo después en un quehacer sobresaliente. María Solana, mujer de partido, funcionó bastante mejor que Ana Ollo y se le llevó la Portavocía por méritos propios; luego acabó arrebatando la consejería de Educación de manos de otro perfil técnico que no daba pie con bola. Pero esto son cuestiones menores.

Barkos se ganó el parabién a un gobierno de perfil técnico en base a dos ideas subyacentes. La primera de ellas es que tenían por delante una tarea colosal. Había que responder a la ilusión redirigiendo, borrando y enmendando todas las políticas que había diseñado UPN durante décadas y, además, había que hacerlo con la dificultad añadida de que no había un duro, ya que se heredó una Hacienda en números rojos. No era solo la crisis. Era también el resultado del Plan Navarra 2012 que esquilmó las arcas con proyectos tan megalómanos como inútiles. Cabe apuntar como anécdota que no hubo brindis ni canapé tras la toma de posesión de los consejeros de Barkos porque María José Beaumont se emperró en que con lo que estaba sufriendo la gente, con el paro en las nubes y los desahucios, era infumable que el Gobierno entrechocara copas de champán.

La segunda idea subyacente era cierta resistencia a que EH Bildu accediera a una consejería. Aquel era el escándalo de entonces. El debate sobre si Beaumont era o no de EH Bildu centró la formación de Gobierno. En mucha menor medida, lo mismo ocurrió en Hacienda, con Mikel Aranburu, y en Medio Ambiente, con Isabel Elizalde.

Hecho este pequeño ejercicio de memoria sobre qué estaba sucediendo hace cuatro años, toca valorar si aquel equipo que reunió Barkos pudo llevar a cabo la tarea que les encomendó. En líneas generales, se puede concluir que sí, aunque en muchos temas no se llegó hasta donde se quería llegar (o hasta donde había ilusión de que se llegase). En esta primera parte, se repasarán los hitos de las consejerías de Educación, Sanidad y Interior y Derechos Sociales. Se deja el resto de áreas para la continuación de mañana.

Dos grandes hitos educativos

Educación rompió de iure, aunque no de facto, la consecuencia más perniciosa de la zonificación lingüística. Ahora, todos los escolares de Nafarroa tienen derecho a estudiar en euskara en una escuela pública. El gran freno a esto es que los padres de la «zona no vascófona» tradicional (la zonificación, aunque no se anuló, cambió de forma notable ampliando la «zona mixta» a nuevos ayuntamientos y recortando la «no vascófona») no están apuntando a sus hijos para que estudien euskara, o al menos no en gran número. Esta realidad parece una secuela de tantos años de partición idiomática y del fomento de la euskarafobia, aunque también de debe a la competencia de las ikastolas en esa zona, pues debido su buen hacer de estos años, ahora son una losa para que emerja un modelo D público de forma potente. En cualquier caso, se han abierto líneas de euskara en localidades y ha bastado con que 8 padres (incluso 7 en Barasoain) hayan solicitado su apertura.

Asimismo, la consejería de Educación ha sido la que con mayor determinación ha actuado en favor de la igualdad y contra el machismo y la homofobia en todo el Estado. Hoy Nafarroa es un referente mundial y el programa Skolae sido seleccionado por la Unesco como candidato al premio de Educación de Niñas y Mujeres del año 2019.

La sanidad universal y el aborto

En Sanidad, Nafarroa ha estado donde tenía que estar: peleando por la universalidad de la Salud Pública y jugando al borde de la ley para seguir prestando atención al colectivo migrante como lo que son, personas. Es decir, sin negarles la Atención Primaria, tal y como le ordenó el PP. Se resistió desde el primer momento y también cuando el TC confirmó la ley inhumana dictada en Madrid. Los recortes avalados por el tribunal no tuvieron efectos gracias a una triquiñuela que hicieron desde Políticas Sociales. Asimismo, Nafarroa, junto con la CAV, se ha mantenido como la autonomía que más gasta por habitante en su sanidad. Y ha habido tres detalles para nota. El Gobierno acabó con el cortijo de la CUN a través del cual el Gobierno pagaba para que atendiera a sus trabajadores. El segundo hito fue levantar el tabú a practicar abortos en la red pública, pues UPN jamás consintió que los quirófanos se destinaran a esa labor. De hecho, los ginecólogos defensores de este derecho llevaron un sambenito durante años. El tercer tema, si bien menor, fue la reversión de la privatización de las cocinas del hospital.

Casi sobre la bocina del final de la legislatura, el Gobierno español aceptó la implantación del Grado de Medicina en la UPNA, ya que antes estos estudios eran monopolio de la Universidad del Opus, siendo Nafarroa una de las pocas comunidades que no ofertaba este grado de forma pública. La posibilidad de convertirse en Médico, por tanto, se ha democratizado. Esto ha exigido la transformación del Complejo Hospitalario de Navarra en hospital universitario.

Los guardias civiles que sobran

En Presidencia, Función Pública, Interior y Justicia, Beaumont logró solucionar el complicado entuerto de una Ley de Policías mal planteada. Y quitó los lanzapelotas a los forales (ahora usan foam, que también está generando problemas, pero en su momento lo que se pedía eliminar eran los lanzapelotas). Hecho esto, sacó adelante un Plan Director que ambicionaba que la Policía Foral sea la única presente en Nafarroa al estilo de la Ertzaintza o los Mossos. En él, se cifró que 449 policías forales serían suficientes para sustituir a todos los guardias civiles y policías españoles. De hecho, se llegó a avanzar la asunción de las competencias de Tráfico (103 forales sustituirían a los 220 guardias civiles de Tráfico). Barkos y Pedro Sánchez llegaron a apretarse la mano, pero luego el presidente español se rajó.

Más importante en este departamento, sin embargo, ha sido la actualización histórica del Fuero (equivalente a un nuevo Código Civil) para Nafarroa, con importantes avances en materia de igualdad. Fija un modelo de uniones civiles a la carta y resulta particularmente interesante y avanzado en la regulación de las relaciones de familias reconstituidas (aquellas que vienen de parejas anteriores que resultaron fallidas).

Políticas sociales: renta y vivienda

La Vicepresidencia de Políticas Sociales sacó adelante un nivel de ayudas directas a las personas que no tienen ingresos que no tiene parangón en el Estado –y el PSN trae en su programa recortarlo–. PSN y UPN recortaron en lo peor de la crisis las ayudas directas. Hoy hay más familias atendidas con la renta garantizada pese a que la tasa de paro es menor y, además, destina a este concepto más dinero (ha pasado de 65 millones a 108).

Por otro lado, se ha sacado a las empresas privadas de la gestión de recursos delicados, como los niños en acogida. A partir de ahora, solo pueden optar a hacerse con unas contratas tan delicadas empresas que no tengan ánimo de lucro.

Asimismo, se ha reconocido el derecho subjetivo a la vivienda, lo que ha supuesto un aumento de las ayudas al alquiler y se ha validado el censo de viviendas vacías en aras a sanciones (primeramente solo a empresas y grandes tenedores). Por otro lado, el giro en política fiscal permitió complementar las pensiones más bajas (vía deducción) y se han ampliado sustancialmente las plazas de residencia concertadas (de 1.708 a 2.150).