Dabid LAZKANOITURBURU

El Gobierno de India suprime la «autonomía» de la Cachemira ocupada

El Gobierno hinduista de Narendra Modi ha revocado el estatus especial de la Cachemira ocupada en una iniciativa sin precedentes con la que busca uniformizar un enclave cuya gente, sobre todo musulmana, reivindica, por vías distintas, su soberanía frente a Nueva Delhi.

El ministro indio de Interior, Amit Shah, anunció ante el Parlamento que el Gobierno eliminará el Artículo 370 de la Constitución, según el cual el estado de Jammu y Cachemira puede elaborar algunas leyes en un marco de excepcionalidad que no se aplica en el resto del territorio indio.

«Toda la Constitución será aplicable en el estado de Jammu y Cachemira», confirmó Shah, al anunciar una reforma que ya ha sido aprobada por el primer ministro del país, el hinduista Narendra Modi.

Se eliminarán por tanto los límites a la compra de propiedades para no residentes o las cuotas reservadas para locales instauradas en la Administración pública o las universidades.

El partido del primer ministro, Bharatiya Janata Party (BJP), no ha ocultado durante estos últimos años su voluntad de eliminar el estatus especial de la Cachemira india, alegando que dicha excepcionalidad ha lastrado su integración en el resto del país. Las autoridades locales, sin embargo, han advertido de que podría derivar en revueltas.

El enclave está controlado desde el año pasado por el Gobierno federal de India, después de que el partido de Modi rompiese su coalición con otra formación regional.

El anuncio de ayer, sin precedentes en las últimas décadas, llegó horas después de que las autoridades lanzasen una ofensiva que se ha saldado con redadas masivas de dirigentes locales y la suspensión de los servicios de telefonía o Internet, además de prohibir el derecho de reunión y manifestación.

Uno de los líderes locales que  participó en la coalición con el BJP, el exministro de Estado Omar Abdulah, expresó a través de su cuenta en la red social Twitter su temor a acabar bajo arresto domiciliario en cuestión de horas, temor que compartió el antiguo aliado de Modi, Mehbooba Mufti. «Tiene gracia que gente como nosotros, que hemos sido elegidos democráticamente para luchar por la paz, acabemos así», lamentó.

Las tensiones se dispararon el viernes, a raíz de que las autoridades indias emitiesen una alerta por la posible inminencia de atentados. Miles de turistas, peregrinos y trabajadores abandonaron Cachemira ante un posible recrudecimiento de la violencia que el Gobierno de India atribuye a milicias afincadas en Pakistán.

Cruce de comunicados

Fuentes militares indias citadas por “The Times of India” recalcaron que «entre cinco y siete terroristas del Grupo de Servicios Especiales del Ejército de Pakistán murieron en una operación fallida del Equipo de Acción Fronteriza (BAT) que se inició en la noche del 31 de julio».

Pakistán negó tener nada que ver con esa operación y, por contra, acusó el sábado a India de haber empleado munición de racimo –declarada como ilegal por la convención internacional de Oslo– en un ataque que mató a dos civiles, uno de ellos un niño, en un ataque sobre el territorio de Cachemira controlado por Islamabad.

El Ejecutivo de Pakistán condenó la decisión del Gobierno indio y advirtió de que, «como parte de esta disputa internacional», contempla «todas las opciones» para responder a una decisión que tachó de «ilegal».