Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
Elkarrizketa
GUILLERMO DEL TORO
DIRECTOR, PRODUCTOR Y GUIONISTA

«El miedo nos permite reivindicar nuestra faceta más infantil»

Dotado de una exquisita sensibilidad y una gran cualidad para plasmar en imágenes el imaginario fantástico, Guillermo del Toro ha regresado a nuestras pantallas –se estrenó ayer– como productor y guionista de «Historias de miedo para contar en la oscuridad». Se trata de una adaptación del célebre original literario de Alvin Schwartz.

Una de las grandes virtudes del cineasta mexicano Guillermo del Toro a la hora de abordar el género fantástico es que capta con precisión la atmósfera de un imaginario profundamente enraizado en la trastienda onírica de la infancia.

Ejemplo de ello es “Historias de miedo para contar en la oscuridad”, una adaptación basada en la célebre saga de libros infantiles de terror creada por el escritor Alvin Schwartz en la que el oscarizado autor de “La forma del agua” ejerce como guionista y productor y delega en André Øvredal –”Proyecto: Troll Hunter”– las labores de dirección.

Según el propio Del Toro, a la hora de abordar un proyecto de estas características «lo que pretendimos fue intentar emular con las criaturas que aparecen en la película la sensación del blanco y negro de las ilustraciones originales. Queríamos respetar al máximo tanto el sentido literario como la poderosa presencia e inquietud que generan los dibujos en blanco y negro de Stephen Gammell. Por ese motivo apostamos por unas tonalidades ocres, como el amarillo y el blanco de la nicotina que dan una sensación de pergamino. Redujimos el color en las imágenes, en todas ellas. Y obviamente las iluminamos de manera diferente para subrayar lo fantasmagórico».

La adaptación cinematográfica de “Historias de miedo para contar en la oscuridad” sigue la estela nostálgica de las producciones Amblin con las que Spielberg logró gran notoriedaad y que tiene en “Los Goonies” uno de sus principales referentes.

 

Pesadillas en blanco y negro

El cineasta y guionista noruego André Øvredal –que incluye en su filmografía películas de terror como “La autopsia de Jane Doe”– se ha colocado detrás de la cámara para dotar de movimiento y sonido la serie de libros de Alvin Schwartz, un autor que, mediante un estilo ágil y muy dinámico, explora el imaginario del terror a través de una serie de relatos cortos poblados por todo tipo de criaturas imposibles.

Tanto Schwartz como Del Toro coinciden en señalar que la declaración de intenciones de estas historias de terror se concreta en que surgen de la saludable complicidad que se establece entre adultos y niños cuando se cruza la frontera de lo improbable. En opinión del escritor «los primeros colonos norteamericanos solían entretenerse contando historias de miedo. Se reunían al anochecer en alguna cabaña, o alrededor de un fuego, y competían para demostrar quién era capaz de asustar más. Algunas chicas y chicos hacen lo mismo hoy día. Se reúnen en la casa de alguien, apagan las luces, comen palomitas de maíz, y exploran las emociones que les provoca lo que se mueve entre las sombras o lo que genera la imaginación. Contar historias de miedo es algo que la gente ha hecho durante miles de años, y a la mayoría de nosotros nos gusta que nos asusten de esa manera. Algunas de las leyendas que incluye el libro son muy antiguas, y se cuentan en diversas partes del mundo. Y la mayoría de ellas se basan en hechos que las personas vieron o escucharon o experimentaron, o que al menos piensan que así fue».

Por su parte, Guillermo del Toro explica que «la belleza de los libros es que poseen la simplicidad de las historias de campamento que nacen alrededor de una hoguera. Las han leído tres generaciones. Me aterraron siendo niño y todavía hoy siguen siendo muy entretenidas.Hemos recreado algunas de las más queridas por los lectores. Es fantástico que los padres quieran llevar a sus hijos porque ellos leyeron estos libros. Saben que son historias muy emocionantes y lo mucho que se disfruta con ellas. El miedo reivindica nuestra faceta más infantil».

 

El miedo y el adiós a la infancia

Fascinado por el original literario, el autor mexicano ha hecho especial hincapié en el cuidado diseño visual que respeta al máximo las inquietantes ilustraciones que el artista Stephen Gammell incluyó en el original literario.

En cuanto a su argumento, este se basa las aventuras nocturnas que comparte un grupo de chavales cuando descubren un misterioso libro cuyas historias se escriben a sí mismas y cobran vida. Todo ello se desarrolla a mediados de los años sesenta y en una en apariencia apacible localidad estadounidense en la que se suceden una serie de muertes macabras.

En relación a cómo ha abordado este proyecto, Del Toro dice que «el objetivo era mostrar a los niños de la forma más realista posible. Con sus problemas en la escuela, conflictos en casa, y los miedos que surgen en el siempre “doloroso” adiós a la infancia. Sentir miedo es algo natural y vencerlo se descubre como una aventura extraordinaria. Básicamente son cuentos que invitan a la gente a reunirse, aunque hayas escuchado esas historias una y otra vez y en nuestra película, agregamos a la diversión de la historia temas como la amistad, el creer, la compasión y la idea de que los cuentos pueden causar daño, pero también pueden curar. También queríamos reivindicar la fuerza de la imaginación que surge de la literatura en estos tiempos de redes sociales».

 

Diseños de pesadilla

Dentro del apartado visual destaca su atractiva galería de criaturas y unos escenarios que nos redescubren las sombras de las casas encantadas. Elementos que para Del Toro tenían una gran importancia y, sobre todo, un riesgo porque «quise ser muy respetuoso con el material de base para que el diseño de las criaturas se aproximaran a las ilustraciones originales. Esto propició que desechasemos los efectos digitales en beneficio del maquillaje clásico. Gammell tiene una forma de ejecutar sus trazos de carboncillo casi acuosos. No son solo monstruos, tienen personalidad, tienen intención, inteligencia y cierta sensibilidad».