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La Fiscalía ordena el desembarco e incautación del Open Arms

La Fiscalía italiana ordenó ayer la incautación del barco Open Arms y el desembarco en Lampedusa de las personas rescatadas que seguían a bordo, poniendo fin por ahora a una crisis de casi tres semanas. Madrid había enviado un buque de guerra como escolta.

La Fiscalía de Agrigento (Sicilia) ordenó ayer por la tarde la incautación temporal –el «secuestro», en palabras del ministro italiano de Interior, el ultraderechista Matteo Salvini– de la nave humanitaria catalana Open Arms y el desembarco inmediato de los alrededor de 90 migrantes que aún seguían a bordo en el puerto de Lampedusa. Se esperaba que el desembarco tuviera lugar anoche, pese a la insistente negativa de Salvini.

El fiscal de Agrigento (del que depende Lampedusa), Luigi Patronaggio, tomó esa decisión después de subir a bordo del barco acompañado de varios médicos para verificar el estado de las personas rescatadas, bloqueadas en el mar desde hacía 19 días, y la situación que reinaba a bordo, descrita por la tripulación como «desesperada».

El fiscal tomó esta decisión a instancias de la ONG al amparo del artículo 328 del Código Penal que castiga con entre seis meses y dos años al funcionario público que haya omitido su deber que «por razones de justicia o de seguridad pública, o de orden público o de higiene y salud, debe ser cumplido sin retraso».

El Open Arms tendrá que quedarse dos semanas en Italia en el marco de esta investigación.

La Fiscalía de Agrigento investigaba un presunto delito de secuestro de personas, no dirigido contra nadie en concreto, para determinar por qué no han podido desembarcar a los migrantes y refugiados en Italia a pesar de que un tribunal tumbó la orden de Salvini de que el barco no entrara en sus aguas.

Patronaggio voló urgentemente a Lampedusa ayer ante la grave situación que se desató cuando unas 15 personas se lanzaron al mar tratando de alcanzar a nado la costa, una situación que calificó de «explosiva».

En los tres días que el barco ha estado fondeado a 800 metros de la costa de la isla siciliana, casi una veintena de personas se ha lanzado por la borda y han sido rescatados por los socorristas del Open Arms o por la Guardia Costera italiana, que los ha llevado a tierra.

Unas horas antes, el Gobierno español en funciones había ordenado finalmente enviar un buque de la Armada, el Audaz, para recoger a los migrantes y acompañar al Open Arms al puerto de Palma, donde iban a ser acogidos hasta formalizar su reubicación en los seis estados de la Unión Europea (UE) que se han ofrecido a acogerlos. El Audaz zarpó ayer de Rota.

El Open Arms se había negado hasta entonces a navegar por sus propios medios con las personas migrantes hacinados en cubierta hasta un puerto del Estado español por motivos de seguridad, falta de instalaciones y el mal estado físico y síquico de los rescatados, así como el cansancio de la tripulación y los voluntarios por la larga crisis, que ayer cumplió 19 días.

Evacuaciones parciales

En este tiempo se han realizado evacuaciones por motivos médicos –además de los lanzamientos al mar– por lo que el número de personas a bordo ha ido descendiendo. El barco llegó a tener a bordo cerca de 160 migrantes, rescatados en el Mediterráneo entre el 1 y el 10 de agosto en tres operaciones.

La última evacuación médica se realizó ayer por la tarde. Dos personas fueron trasladadas al puerto de Lampedusa en una lancha de la Capitanía, por orden del fiscal de Agrigento.

El ministro de Transporte italiano, Danilo Toninelli, del M5S, pidió al Ejecutivo de Madrid que frente a la ONG Proactiva Open Arms y retire la bandera española que ondea en el barco. Arremetió también contra Salvini, al que considera el responsable final de todo lo que está pasando y quien no deja de vanagloriarse de su firmeza frente al Open Arms al tiempo que «debilita la posición de Italia en Europa».

«La firmeza es la manera de evitar que Italia se convierta de nuevo en el campo de refugiados de Europa», insistió Salvini.

Los barcos de rescate suman más de 200 días de bloqueo

Una veintena de bloqueos, con más de 200 días acumulados a la espera de puerto seguro donde desembarcar y casi 3.000 migrantes a bordo. Son las cifras de los bloqueos a barcos que han rescatado a migrantes en el Mediterráneo desde junio de 2018, según Médicos Sin Fronteras (MSF). Los dos últimos barcos bloqueados han sido el Open Arms y el Ocean Viking, con más de 500 rescatados en total. En este último, aumenta la tensión a bordo mientras espera desde hace 12 días autorización de Malta o Italia para desembarcar en un puerto seguro a las 356 personas que ha rescatado en varias operaciones en el Mediterráneo.

Catorce meses de bloqueo y criminalización de las ONG. Hasta junio de 2018, según MSF, cualquier barco –humanitario, de Frontex o comercial– que hubiera hecho un rescate en el Mediterráneo «iba a Italia y desembarcaba». Pero a partir del Aquarius, que tras ser bloqueado, finalmente llegó a València tras casi una semana de travesía, hubo un punto de inflexión.GARA