Idoia ERASO
HENDAIA
Elkarrizketa
AURELIE TROUVÉ
PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN ATTAC EN EL ESTADO FRANCÉS

«No podemos dejar que ese gran escaparate que es el G7 transcurra tranquilamente»

Aurelie Trouvé es una participante activa en la organización de la contracumbre que está teniendo lugar estos días entre Hendaia e Irun, así como de las movilizaciones del sábado y el domingo. Lleva meses trabajando con asociaciones locales e internacionales para ofrecer una alternativa ante el modelo que proclaman las potencias que llegarán a Biarritz el fin de semana.

Es la representante de la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC) que aboga por un mundo de justicia social y medioambiental. Trouvé expone la visión altermundialista de los temas principales de la agenda del G7, y que también están presentes en los encuentros de la contracumbre. Subraya también la importancia de las acciones locales, y en ese sentido aprecia el trabajo realizado con sus interlocutores de Euskal Herria.

¿Por qué es necesario organizar esta contracumbre?

Porque vamos a tener este G7, para discutir sobre políticas para los más ricos y las multinacionales. Y van a hacer creer ante los ojos del mundo que sus políticas son beneficiosas para la humanidad. Osan subrayar como objetivo la lucha contra las desigualdades, cuando su política agrava las desigualdades, la crisis económica, la pobreza y la guerra, sin tener en cuenta que hoy en día hay millones de refugiados que huyen de sus países, y a los que se pisotean sus derechos.

Queremos denunciar todo esto, no podemos dejar que ese gran escaparate transcurra tranquilamente. Queremos mostrar que hay movimientos sociales de gran importancia que le hacen frente a eso, que van a debatir sobre alternativas. Mostrar que por un lado hay alternativas locales –como en el caso del País Vasco, la moneda local, la agricultura que se inscribe en criterios de durabilidad, que ya dibuja otro mundo– y también que hay propuestas y políticas. Creemos que se pueden poner en marcha políticas que permiten asegurar la solidaridad, dar una respuesta a la crisis ecológica, y al respeto de los derechos humanos.

¿Qué se puede esperar del G7 sobre la crisis ecológica?

Los estados no respetan los compromisos que tomaron en el Acuerdo de París. Habría que disminuir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, ahora que vuelven a aumentar en muchos países. Y estos estados ayudan la inversión de la extracción de energías fósiles.

La plataforma Women7 ha lanzado una campaña de carteles en París, y en Biarritz y alrededores de cara a la cumbre, reivindicando políticas que defiendan los derechos de las mujeres y las niñas.

La diferencia respecto a Women7, es que nosotros no esperamos nada del G7, porque creemos que es ilegítimo, no tienen derecho a decidir sobre el orden del mundo. Creemos que es indispensable que se cree una regulación internacional multilateral, con todos los países del mundo, que respete la diversidad de los pueblos, y que esté basada en la solidaridad, la respuesta a la crisis ecológica y a los derechos humanos fundamentales.

Oxfam ha declarado que no participará en la reunión organizada por Emmanuel Macron el viernes con diferentes ONGs.

Creo que es coherente. Un centenar de entidades estamos organizando esta contracumbre. Hay algunas que han decidido hablar también dentro del marco del G7, pero algunas organizaciones se están dando cuenta de que no son tenidas en cuenta, de ahí llega que Oxfam haya decidido no participar; de hecho, Oxfam participa también en la contracumbre. Las vías que se construyen contra esas políticas, están en la contracumbre.

El mensaje de la vía no violenta, está muy presente en la contracumbre, ya que en ciertos entornos se ha tratado de hacer llegar una imagen diferente.

Sí, tenemos un consenso de acción muy claro y público, que dice que nuestras movilizaciones contra el G7 serán pacíficas, y que ante tentativas de escalada de violencia orquestadas por las fuerzas del Estado, responderemos de manera no violenta.

Para la contracumbre han negociado con el Estado. En cambio no se ha pedido autorización para las concentraciones “insumisas” del domingo. El prefecto Eric Spitz ha propuesto hablar sobre el tema.

Su propuesta es una hipocresía total. Nuestra intención es que el 25 no esté declarado, la movilización es contra el hecho de que se haya prohibido manifestarse en toda una zona alrededor del G7, para acallarnos y ponernos lo más lejos posible de Biarritz. Será una ocupación pacífica.

Esta contracumbre va a celebrarse entre dos estados, esto tiene un sentido decisivo en varios aspectos, entre ellos el de los refugiados. Este es un paso hacia Europa muy importante.

Es evidente que estamos en un territorio muy especial. Hay que decir que el Centro de Detención Administrativa de Hendaia sirve normalmente para arrestar a migrantes, a menores aislados… que quieren pasar la frontera; y se ha cerrado de cara a la cumbre para arrestar a manifestantes. Se trata de una gran provocación.

Hay que decir que estamos en un territorio en el que hay también un gran movimiento de solidaridad, y estos movimientos también se reprimen. Para nosotros esta temática es muy importante desde el punto de vista del derecho de los migrantes, que en este momento no se respeta en absoluto. Es una de las siete reivindicaciones de la contracumbre.

La situación geográfica también propicia que los movimientos de los dos estados se encuentren en la contracumbre.

A mí es el lo que más me ha aportado, hace meses que trabajamos con el movimiento abertzale, las organizaciones vascas. Es muy bonito lo que hemos conseguido juntos, hemos dicho que eso por lo menos ya lo hemos conseguido.

Me ha valido para conocer también las luchas vascas, porque algunas veces se entiende mal en Francia. Es importante haber comprendido lo que representa la identidad vasca, el derecho de autodeterminación, el proceso de paz. Y entender también lo que puede aportar el movimiento vasco, es muy enriquecedor para nosotras. Es esperanzador que en un territorio así pueda haber tantas alternativas y tantos movimientos sociales.

¿La esperanza, es tal vez, el mensaje que quiere hacer llegar esta contracumbre?

Sí, exactamente, decir que no queremos dejar a la gente pensar que la única alternativa es el ultraliberalismo de Macron, Tudreau y Merkel, o la derecha xenófoba populista y nacionalista de Trump o de Salvini. Queremos mostrar que hay una verdadera alternativa altermundialista, fundada en la solidaridad, y que la respuesta no puede ser ni el ultraliberalismo, ni la derecha xenófoba.