Curro VELÁZQUEZ GAZTELU
IRUÑEA
Elkarrizketa
MARÍA JOSÉ LLERGO
CANTAORA DE FLAMENCO Y DE MÚSICA ANDALUZA

«El flamenco es una música que sobrevive al tiempo»

María José Llergo (Pozoblanco, Córdoba) es una de las voces más sensibles y comprometidas del panorama flamenco actual y de la música andaluza hacia derroteros contemporáneos, una de las propuestas más arriesgadas hacia nuevos conceptos musicales.

María José Llergo ha actuado estos pasados días en la sexta edición del Festival Flamenco On Fire dentro del ciclo “Generaciones mitos y promesas”, el jueves en el Bosquecillo al lado del Hotel Tres Reyes, un espacio nuevo que se ha acondicionado para este festival que va creciendo año tras año, y ayer cantando en los Balcones junto a su guitarrista, Marc López.

¿Cuáles son sus fuentes de inspiración?

Para mí cualquier cosa que tenga belleza me puede servir para mi trabajo. Lo que a priori puede ser algo malo se puede convertir en bello.

¿Y qué voces femeninas son referentes en el flamenco para usted?

La Niña de La Puebla, la Niña de Los Peines, la Niña de Antequera... ¡Hay tantas!

¿Cómo decidió acercarse a nuevos territorios musicales a partir del flamenco?

Fue de una forma natural, yo soy una persona bastante curiosa en lo que se refiere a la música. Estudié violín de pequeña y siempre he tenido esa inquietud por descubrir nuevas músicas y cómo los demás utilizaban esas músicas para expresarse. Luego me dieron una beca para estudiar canto moderno y jazz en Barcelona.

Debajo de todo esto está el poso que mi abuelo me dejó, que hizo que yo entendiera el canto moderno, el jazz y la clásica de forma diferente, como si tuviera un punto andaluz con el que mirar todo. Mi abuelo no es que me abriera camino, su intención era disfrutar, pasarlo bien cantando los dos. Él me acercó al flamenco sin yo saberlo. Es curioso, porque en mi familia nadie se dedica a la música.

¿Qué le aporta estar en Barcelona a una voz que se quiere acercar al flamenco?

Me aporta unos recursos que no tengo en el pueblo de donde soy, Pozoblanco. Las oportunidades en los pueblos se ven muy lejos.

¿Considera al flamenco como un arte que hay que renovar o contemporaneizar, o al contrario, un arte que debemos de conservar como pieza arqueológica?

El flamenco es una revolución en sí mismo. Es bueno reconocer la raíz y los referentes. Saber por qué existe el género tal y como lo reconocemos. El flamenco se renueva solo porque se adapta a los tiempos en los que está. El flamenco es una música que sobrevive al tiempo.

Es una música versátil y ecléctica que ha encajado toda influencia como un puzzle. ¿Qué camino hace para encontrarse con músicas más avanzadas como la que usted propone?

Yo creo que el flamenco tiene un espíritu que cuando lo escuchas se abre paso con los recursos que le das. Si le das un instrumento nuevo, el flamenco lo hace suyo. Si le das una sonoridad que lo respeta, el flamenco lo acoge. Es eso, entender el aura de cada cante.

¿Usted se siente más cómoda en unos cantes que en otros?

A mí me gustan los tangos, las bulerías y los cantes libres: la petenera, la granaína… Los cantes libres me recuerda a cuando cantaba en el campo con mi abuelo. Y es que el campo para mí es un punto de encuentro conmigo misma.

A su parecer, ¿qué hace que el flamenco sea una de las músicas más ricas del mundo?

Cada vez que escucho un artista del flamenco escucho a su persona. Eso es muy importante desde el respeto y la libertad del intérprete. El flamenco escucha tu alma también y la deja ahí.

Para usted entonces el flamenco, ¿es un medio para llegar a algo o es un fin?

Es un fin en sí mismo. No es un medio para llegar a nada. Es un fin es sí mismo, porque mientras estás cantando se evapora todo, deja de existir. Existe ese momento y casi no existe ni espacio. Es una conversación con el momento en el que estás, a través de un canto.

Por una parte está el flamenco y por otra el folclore andaluz, ¿cómo hace para que ambas músicas se den la mano a través de su voz?

Bajo mi punto de vista me parece precioso. Yo sé que tengo muchos rasgos del folclore andaluz y preflamenco, tanto en los melismas como en las formas de entenderlos. Me encanta llevar la huella de Andalucía en mi voz, es un honor. Andalucía me ha hecho entender toda la música de forma diferente.

¿Cómo se plantea la carrera una mujer joven andaluza del siglo XXI, en este mundo globalizado y en su ámbito lleno de multinacionales y casas de disco?

Yo sé que por el tiempo que me ha tocado vivir estoy en una sociedad patriarcal llena de convencionalismos, en un sistema capitalista donde se potencian los estereotipos y donde se potencia la desigualdad. Sé que aunque lo critique estoy dentro de ello. Dentro de todo esto tenemos que encontrar el modo de realizarnos de una forma sostenible sin hacer daño a nadie y siempre con la bondad por delante. Eso es lo que intento, aunque también me mantengo al margen. Para poder entender el mundo que nos ha tocado vivir necesito cultivarme. Todo lo superficial me puede agradar temporalmente.