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MOSCÚ

Toque de atención al presidente Putin en las regionales de Moscú

Rusia Unida perdió un tercio de sus diputados en el Parlamento local de Moscú en unas elecciones en las que la proscrita oposición liberal llamó al voto táctico a opciones de la oposición tolerada. Pese a que la formación del presidente Putin conserva la mayoría absoluta y prácticamente todas las gobernaciones del país, sin obviar las denuncias de fraude, el malestar por la situación económica y por el aumento de la edad de jubilación han pesado en el voto.

Rusia Unida sufrió un varapalo en las elecciones al Parlamento local de Moscú, en las que pese a revalidar la mayoría absoluta de los escaños perdió más de un tercio de representantes.

Las elecciones del domingo levantaron gran expectación después de que el poder vetara a muchos candidatos opositores, arguyendo que no habían logrado suficientes firmas, lo que derivó en las mayores protestas en la capital rusa en una década.

El líder opositor Alexei Navalni y sus aliados y candidatos proscritos urgieron a votar de forma táctica en todo el país por el candidato con mayores posibilidades de vencer a Rusia Unida, el partido del presidente Putin. Varios de sus candidatos decidieron además presentarse como independientes en un intento por distanciarse de su formación, cuya popularidad va decayendo desde hace años

El partido progubernamental controlará 25 de los 45 escaños del Parlamento local de Moscú, lo que supone revalidar a la mayoría absoluta, frente a los 38 escaños logrados en la cita de 2014, en los que se incluían diez candidatos «independientes».

El Partido Comunista fue uno de los beneficiarios al lograr 13 representantes, frente a los 5 de hace cinco años, Otras dos formaciones, el liberal Yabloko y Rusia Justa, una formación socialdemócrata impulsada por el propio Kremlin, lograron cada una otros tres representantes.

Pérdida de popularidad

Pese a que Navalni se ha arrogado la pérdida de apoyos de Rusia Unida, es difícil, cuando no imposible, discernir hasta qué punto su mensaje ha influido en el voto. Lo que sí está claro es que ni Rusia Unida ni el propio Putin viven sus mejores momentos. Al punto de que la consigna fue no presentar candidatos con sus siglas y hacerles pasar por independientes.

Ni por esas. Nueve antiguos diputados del Kremlin han perdido su escaño, entre ellos el dirigente de Rusia Unida en Moscú, Andrei Metlesky. Tampoco logró el escaño la «independiente» Valeria Kassamara, vicerrectora de la prestigiosa Escuela de Altos Estudios en Ciencias Económicas (HSA). El centro fue uno de los focos de las protestas opositoras en Rusia.

Aunque Moscú centró toda la atención, el domingo se celebraron elecciones locales y regionales en toda Rusia.

En San Petersburgo, donde la campaña ha sido también muy tensa, el gobernador, Alexandre Beglov, ha sido reelegido en primera vuelta pero la oposición ha denunciado fraudes masivo. La mayoría de gobernadores apoyados por Rusia Unida han sido reelegidos. Varios vídeos difundidos en redes sociales muestran a algunos electores llenando urnas con votos.

Situada por encima del 60%, la popularidad de Putin es mucho mayor que la de los líderes occidentales aunque está en niveles inferiores a los de etapas anteriores.

El exoficial de la KGB ganó por amplia mayoría las presidenciales de 2018, por lo que continuará como mandatario al menos hasta 2024.

La popularidad de Rusia Unida está bajando en parte por el descontento ciudadano por la decisión del Gobierno de subir la edad para la jubilación, herencia de la era soviética, en plena crisis, agravada por las sanciones occidentales.

París suspira por normalizar relaciones con Moscú

«Es hora de trabajar para reducir la desconfianza» mutua, anunció el ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, quien viajó ayer a Moscú con el titular de Defensa, Florence Parly, para el primer encuentro 2+2 con sus homólogos rusos desde 2012 en París.

Con la reanudación de estos encuentros, inaugurados en los noventa, el presidente francés, Emmanuel Macron, busca apuntalar las relaciones bilaterales, deterioradas por las sanciones internacionales tras la anexión rusa de Crimea y el apoyo a los rebeldes del Donbass en 2014.

El inquilino del Elíseo recibió en agosto, en vísperas de la cumbre del G7 en Biarritz, a su homólogo ruso, y apuesta geoestratégicamente por anclar a Moscú en Europa en pleno divorcio con Estados Unidos y una China pujante. Macron y Putin saludaron el domingo por teléfono y el reciente intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania.

París aspira a albergar este mes una cumbre de paz «de Normandía» en la que, además del propio Macron y Putin, asistirían la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente ucranio, Volodymir Zelensky.GARA