GARA
GASTEIZ

Los grafitos de Iruña-Veleia llegan a juicio once años después

El próximo 3 de febrero se sentarán en el banquillo los tres acusados de falsificar unos grafitos en el yacimiento arqueológico de Iruña-Veleia. La fiscalía recoge que causaron «desperfectos» en 476 piezas con el objetivo de dotarlas de un «pretendido valor que no tenían».

Salvo una conformidad previa entre las partes, el juicio por los grafitos de Iruña-Veleia llegará a los juzgados el 3 de febrero de 2020, once años después de que se cursara la denuncia contra los acusados: el exdirector del yacimiento arqueológico Eliseo Gil; el empleado de Lurmen, Oscar Escribano; y Rubén Cerdán, que se habría hecho pasar por un experto.

Fuentes judiciales confirmaron a Efe que el 14 de octubre el juzgado de lo Penal 1 de Gasteiz ha citado a las partes, Fiscalía, Diputación de Araba y abogados de los tres acusados en este proceso para comprobar que los imputados se hallan a disposición del órgano judicial, ver si es viable una conformidad y escuchar las cuestiones que puedan plantear. Tras esa vista el juicio arrancaría el 3 de febrero y están fijadas diez sesiones.

La Fiscalía ha pedido cinco años y medio de cárcel para Gil por un delito continuado sobre el patrimonio histórico y otro de estafa en concurso con un delito de falsedad en documento privado, así como una multa de 7.200 euros. Para Escribano solicita la misma pena y multa.

Por su parte, la Diputación alavesa, que también ejerce la acusación en este caso, eleva la pena contra Gil a siete años y medio de prisión por sendos delitos continuados de daños y estafa. Su defensa reclama la libre absolución.

«Pretendido valor cultural»

Gil, Escribano y Cerdán serán juzgados once años después de que la Diputación presentara en 2009 la demanda que ha dado origen a este caso, un proceso «largo» que Gil ha vivido como una «pena de banquillo», según señaló la agencia. Agregaba estar «deseando que pase esta etapa», poder defender su inocencia y «superar toda esta miseria».

Los hallazgos que se cuestionan, localizados entre 2005 y 2006 bajo la gestión de la empresa Lurmen, de la que era administrador Gil, son unos grafitos escritos en cerámicas de los siglos III, IV y V que, cuando se presentaron en público, en junio de 2006, fueron calificados de históricos porque, entre otras cosas, adelantaban al siglo III la aparición del euskara y la entrada del Cristianismo. Sin embargo, supuestamente fueron hechos por los acusados.

En su escrito, el fiscal recuerda que entre los meses de junio de 2005 y junio de 2006 Gil y uno de los imputados causaron «desperfectos» en 476 piezas encontradas en el yacimiento con el objetivo de dotar a las mismas de un «pretendido valor histórico-cultural-religioso que no tenían».

Además, y con la intención de dotar de una supuesta fiabilidad científica a las piezas manipuladas, se concertaron con el tercer imputado, quien afirmaba falsamente que era físico nuclear, para llevar a cabo tres informes sobre las piezas basados en analíticas que nunca se llegaron a realizar, según la Fiscalía.

A través de la prensa

Desde la plataforma Iruña-Veleia Argitu!, denunciaron que los acusados hayan sabido de la noticia a través de la prensa, poco antes de recibir ayer por la mañana la notificación del juzgado. Lamentaron «el escándalo que supone (…) después de casi once años de espera».

En una nota, recordaron que existen «veinte informes de expertos internacionales de reconocido prestigio que abogan por la autenticidad de las piezas en cuestión».