El Museo de Bellas Artes de Bilbo expone el fondo de fotografías y películas de origen familiar vinculadas a Valentín y Ramón de Zubiaurre. La exposición recoge fotografías, películas y otros “rastros” que dejaron los pintores convertidos en aficionados a la fotografía y el cine. Sus miradas se posaron en el ámbito doméstico registrando las actividades que realizaban en su tiempo libre. Viajes y excursiones ficcionados por el encuadre nos hablan de los modos de vida de una familia con una buena posición social. Garai y Ondarroa, Dinamarca y la Exposición Internacional de 1929 en Barcelona, sus vidas retratadas convivían con una época en la que parecía que el mundo viraría hacia lugares soñados. Nada de eso veo en sus imágenes. Observo juegos y retratos, pero no consigo ver lo que desprenden las fotografías de, por ejemplo, pioneras como Alice Austen (1866-1952), una de las grandes precursoras del documentalismo. Dedicó 50 años de su vida a retratar experimentando el mundo que le rodeaba y dejó un legado de más de 8.000 fotografías.

Jamás le pagaron por su trabajo, la consideraron “no-profesional” y fue “descubierta” dos años antes de su muerte; vivía en la pobreza. Sus fotos, que se publicaron en la revista “Life”, son imágenes que retratan el modo de vida de trabajadoras e inmigrantes con un estilo tan divertido como inteligente. Me acordé de Alice Austen al pasear por el Bellas Artes, no lo pude evitar.