Tachar de una carta que se hará viral de manera manual, de puño y letra, el encabezado de «Señor Rivera», por «Estimado Albert», dirigiéndose al mismo estimado que hace unos días llamó hipócrita, viene a cerrar el círculo del postureo político y partidista que nos va a llevar a repetir las elecciones. Claro, hay que ponerse en la ruta: el estimado hipócrita se quiso pasar a la banda de Sánchez con una propuesta de esas que solamente los imbéciles se pueden creer y que no aportaba otra cosa que unas horas de presencia mediática. Pedía, a cambio de la abstención para investir al jefe de la banda que repudiaba hacía tres meses, que en Nafarroa se unieran los que suman, con los que restan. Es decir, intervención del torero político en asuntos extraños. El estimado Albert es un agente de la ignorancia política, un anticonstitucionalista por omisión.

Así está el panorama, entretenido, porque en estos momentos hay repetición de elecciones en Israel y eso siempre tiene alguna connotación en la región. Los supuestos drones en Riad, ¿de dónde salieron, quién los patrocinó? ¿Es tan grave el daño que causaron en la refinería como para que suba instantáneamente el precio del crudo de esta manera en todo el mundo? Y todos los interesados en mantener la tensión señalan a Irán. Ya conocemos este juego terrorífico de mantener vivo el avispero, pero insisten. Y en plena votación parece que ayuda a los halcones más halcones de todos los halcones israelitas.

Por cierto, en un programa histórico en La 2, hizo una entrega sobre Herodes y aportó muchos puntos de vista, profesores de judíos, pero también de otros más ecuménicos y resultó ser aleccionador para entender las relaciones diplomáticas y militares entre el reino de Judea y Roma. Todos se escribían con un estimado encabezando la sentencia de muerte.