Carlos GIL
Analista cultural

Un mal día

Hay días que la elección de ir al teatro es muy mala. Lo digo por experiencia. Y voy casi cada día. Pero lo sucedido en Murcia, con el Director General de Emergencias el día 13 es una de esas decisiones que no tienen explicación. Este que tanto les quiere estaba invitado a participar en una mesa-debate en Molina de Segura ciudad colindante a la capital murciana como acto inaugural de su Festival Internacional de Teatro el día 12 de este mes. A medianoche del día 11, me llamaron desde la organización diciendo que se suspendían todas las actividades porque se anunciaba una gota fría. Pensé que exageraban en las precauciones. La primera imagen que vi por televisión fue una calle de Molina de Segura que parecía un río. Y era la del teatro donde debíamos estar debatiendo sobre el presente y el futuro de los festivales de teatro.

Pablo Ruiz Palacios, nombrado Director General de Emergencias de la Región de Murcia el día 9 de este mes, decidió ir el viernes 13 a ver una obra de teatro en el Teatro Romea. Debería aplaudir que un cargo político vaya al teatro, pero en este caso es de una irresponsabilidad cósmica, porque llevaba cuatro días en el cargo, porque era el momento de mayor violencia de las aguas desbordadas. No era el día en que él podía ir al teatro. Para culminar su despropósito, pidió perdón, aseguró que se durmió en la representación de lo cansado que estaba y que estuvo pendiente del móvil todo el rato. No se puede ser más cretino. La profesión teatral debería impedirle entrar en los teatros los próximos veinticinco años. Su jefa política le debería mandar a retirar barro.