Iñaki IRIONDO
PLENO DE POLÍTICA GENERAL EN EL PARLAMENTO DE GASTEIZ

UN PLENO DE DEJARSE IR Y A VERLAS VENIR

FUE EL ÚLTIMO PLENO DE POLÍTICA GENERAL DE LA LEGISLATURA, PERO QUIZÁ TAMBIÉN DE UNA ÉPOCA DE CIERTA TRANQUILIDAD QUE SE VA A VER EN ADELANTE SACUDIDA NO SOLO POR LA INCERTIDUMBRE ECONÓMICA, SINO POR LA APLICACIÓN DEL 155 EN CATALUNYA Y TAMBIÉN POR CUÁL SEA LA PRÓXIMA FÓRMULA DE GOBIERNO EN EL ESTADO ESPAñOL.

Como no se acuerda nada, de un Pleno de Política General solo quedan las percepciones, algunas lecturas entre líneas, además de lo escrito en el diario de sesiones que, por cierto, el un 90% es retórica inútil. Y del pleno de ayer, el último de la presente legislatura, queda una cierta sensación de agotamiento, no porque no reste tiempo para hacer cosas todavía, sino porque hoy por hoy las incertidumbres son muchísimas, y hubo una sensación generalizada de dejarse ir y a verlas venir. Nadie hizo ninguna apuesta política que destacara sobre el discurso habitual.

Tampoco ayuda la interpretación que todos hacen del formato actual. Cabría esperar que un pleno que marca el inicio del curso fuera aprovechado por el Gobierno en primer lugar, pero también por el resto de grupos, para fijar sus dos o tres apuestas prioritarias en el terreno político, las que marcaran los siguientes meses. Sin embargo, todos quieren abarcarlo todo y apuntalarlo además con porcentajes y cifras imposibles de retener luego por nadie. Y el Pleno de Política General se convierte así en el Pleno de Suma de Todas las Políticas Sectoriales.

Por eso debemos volver al terreno de las percepciones y dar cuenta de las que en la sesión de ayer pudieron quedar como más claras.

Temor al futuro

Contrariamente a su fórmula habitual, Urkullu admitió ayer que ni su Gobierno ni el sistema autonómico actual, pueden garantizar a la sociedad vasca que no va a tener que afrontar incertidumbres, aunque pronto volvió al discurso habitual de que la CAV está en mejores condiciones que el Estado español para afrontar una crisis global.

Desde EH Bildu le reprocharon que llevan tiempo advirtiendo de ello y que se ha perdido el tiempo sin anclar pilares de soberanía que podrían ayudar a afrontar la marejada.

«Descorazonador»

El lehendakari dio el primer titular de la mañana cuando calificó como «descorazonador» lo que está ocurriendo en el Estado español, con la nueva convocatoria de elecciones y con la incapacidad de llegar a acuerdos.

Aunque Iñigo Urkullu no quiso hacer mención de ello, uno de los principales responsables de lo que está ocurriendo en la política estatal es su socio de gobierno, el PSOE. Y las señales que está transmitiendo Pedro Sánchez –como ya ha detectado Andoni Ortuzar– son de que puede recurrir a acuerdos con la derecha y tomar decisiones como la aplicación del artículo 155 de la Constitución para suspender la autonomía de Catalunya.

En esa tesitura, ¿cómo quedaría el pacto PNV-PSE? ¿Lo mantendrían? ¿Sería el desencadenante de un adelanto electoral? Y tras las próximas autonómicas, ¿pactaría el PNV con un PSOE que estuviera, pongamos el caso, gobernando con Cs?

También ese futuro es incierto. Ayer el lehendakari cerró su intervención agradeciendo el trabajo a todos sus consejeros, y el apoyo tanto a PNV como al PSE. Pero Iñigo Urkullu llegó al Parlamento acompañado solo por los consejeros y consejeras de su partido, después de dos días de rifirrafe público entre PSE y PNV a cuenta de unas declaraciones de Idoia Mendia que enfadaron a los jeltzales, y también de diferencias sobre el cambio tributario en Bizkaia que hacer perder millones a la Diputación y que no tuvo en el pleno el sitio que merecía.

Distancia en autogobierno

Es conocido que las diferencias entre los socios de gobierno se extienden a la cuestión del autogobierno y está pactado que sobre esto cada cual tiene un discurso diferente. Iñigo Urkullu defendió por la mañana el Concierto Político, es decir, trasladar al ejercicio del autogobierno la fórmula de «pacto y bilateralidad con garantías» del Concierto Económico.

Idoia Mendia le reprochó que hubiera llevado al pleno esa propuesta, «la suya y la de su partido», que «sabe que no es la nuestra». Avisó de que el PSE no va a subir «a ningún tren que vaya a descarrilar y que se lleve por el barranco todo lo que hemos logrado». El portavoz del PNV le recriminó que para el PSE solo valen los consensos en los que están ellos y que amenacen con usar su fuerza en Madrid para imponer lo que aquí no pueden ganar. Eso es veto», aclaró Joseba Egibar.

Maddalen Iriarte mostró el acuerdo de EH Bildu con la necesidad mostrada por el lehendakari de alcanzar un nuevo acuerdo con el Estado que garantice la capacidad de decisión vasca y la bilateralidad con garantías. Sin embargo, duda de las intenciones que intuye sobre las constantes alusiones al ensanchamiento de un acuerdo que ya tiene el apoyo de una amplia mayoría en la Cámara. Y por eso le preguntó al lehendakari, qué está dispuesto a quitar de lo ya pactado para poder ensancharlo. Y qué hará si Madrid lo rechaza. No tuvo respuesta.

Ofertas de presupuestos

El próximo reto al que se enfrenta el Gobierno de Urkullu es el de la aprobación de los presupuestos de 2020. El lehendakari aseguró que en los últimos años en la CAV se «ha sabido crear un cortafuego ante la inestabilidad permanente de nuestro entorno», pero lo cierto es que por la falta de acuerdos está sin cuentas y la producción legislativa ha sido paupérrima.

En el capítulo de sensaciones, ayer dio la impresión de que el Gobierno cortejaba a Elkarrekin Podemos y esta se dejaba querer, aunque no faltó la mano tendida de Urkullu también al PP, pese a que le acusara a la vez de neoliberal y de ir contra el espíritu humanista. «Su centro es el mercado, el mío las personas», le dijo el lehendakari a Alonso. En todo caso, también EH Bildu se mostró dispuesta a negociar unas cuentas sociales.

Bueno... el pleno pasó, las incertidumbres oscurecen el horizonte y las elecciones van a volver a contaminarlo todo.