Miren SÁENZ
donostia

Costa-Gavras y su cine político ya tienen su Premio Donostia

Costa-Gravas recibió ayer el primer Premio Donostia de esta edición de Zinemaldia. Tenía el Óscar, la Palma de Oro de Cannes, el Oso de Berlín y ayer se subió al escenario del Victoria Eugenia para recoger la farola plateada de manos del director del certamen José Luis Rebordinos quien, pese a mencionar en su intervención que el término político resulta muy manido, se reconoció orgulloso de entregar «este premio político» a un cineasta que se preocupa de contar lo que está pasando.

El director de cine griego se mostró agradecido y algo menos «orgulloso» y hablador que en la rueda de prensa previa a la gala pero más emocionado. Le acompañaron en el escenario los tres principales actores de “Adults in the Room”, la película basada en el libro de Yanis Varoufakis, –el actor Christos Loulis, que interpreta al exministro de economía griego; Valeria Golino, que encarna a su mujer, y Alexandros Bourdoumis, como el expresidente Alexis Tsipras, que se proyecta estos días.

En el filme se habla de la crisis griega, de los oligarcas y Europa, respetando el idioma original, y sobre todo de Varoufakis, que finalmente no ha podido asistir al Zinemaldia y al que Gavras considera «un excelente escritor, que sabe mucho de economía, es valiente, aunque no es un héroe. A la sociedad no le hacen falta héroes, pero sí gente que resiste», sentenció el realizador.

A sus espléndidos 86 años, Gavras ama el cine y mantiene su espíritu combativo del primer día: «Soy un gran espectador de películas», afirma mientras sigue cultivando un cine político y de denuncia social empeñado en retratar el pasado y el presente e irreductible pese a los problemas que, por ejemplo, títulos como “Z” le acarrearon en Grecia, o “Missing” en Estados Unidos.

Lo corroboró su productora, Michele Ray-Gravas, que es además su mujer. Sentada entre los periodistas cogió el micrófono para recordar las dificultades que atravesaron con “Missing”, «hoy sería imposible hacerla en Hollywood» y que podrían repetirse con “Adults in the Room” porque ni los pequeños ni productores ni lo grandes están dispuestos a poner su dinero según temas.

Pese a ello, el veterano realizador no está dispuesto a claudicar aunque reconozca que ha llegado a temer «no tener dinero para la siguiente película. Afortunadamente en Francia funciona el sistema de ayudas y he tenido mucha libertad sino no habría trabajado con ellos».

Requerido y necesario

No corren buenos tiempos para la política: «El fascismo está volviendo de una manera muy peculiar. Cuando han estado en el poder, los resultados siempre han sido muy negativos»

De esta manera, desde la sala le llegaron peticiones para rodar en otros lugares del mundo. Un productor iraní le planteó la posibilidad de hacerlo en su país y Gavras le contestó con que «ustedes, aunque con problemas, tienen buenos directores para contar sus propias historias».

Cuando una periodista le sugirió volver a rodar en Sudamérica, le recordó que uno va cumpliendo años para viajar y pasarse mucho tiempo fuera de casa», aunque al momento planteara que la situación de Brasil está pidiendo una película a gritos.

El director griego, porque aunque tenga pasaporte francés, admite que uno es griego para toda la vida sigue preocupándose de contar las penurias de los suyos y también las de los demás.