Koldo Campos
Escritor
AZKEN PUNTUA

Iñaki Alberdi

La muerte no siempre avisa. A veces llega de improviso y nos sorprende esperando un nuevo día. A Iñaki Alberdi Arruti, setenta años dedicados a la música como clarinetista de la banda municipal de Azpeitia de la que también fue director ocasional, quien no lo sorprendió fue la vida porque sus casi 85 años fueron una hermosa y fecunda propuesta de vida, ejercida en la casa y en el pueblo. Su funeral, la pasada semana, fue una emotiva demostración del respeto que se le tenía en todo el valle.

Los miércoles, a eso del mediodía y en el bar Eguskiza de Azpeitia, Iñaki y Jesús, dueño del bar, a los que solía incorporarse «Schubert», tenían por costumbre repasar esta columna hasta que, cerradas las deliberaciones entre vinos blancos y aceitunas, el tribunal dictaba sentencia. Las más de las veces absolutoria, incluso celebrada, otras objetadas y alguna incomprendida… «baina, zertaz idatzi duzu gaur?». Ignoro si donde estés ahora, tal vez en compañía de tu tocayo Pío, sigues los miércoles dándole vueltas a esta columna hasta ponerla del derecho y del revés. Por si acaso, te cuento que hoy la columna es un abrazo y que no voy a llorar tu muerte más allá del dolor de tu partida porque pocos como tú me han enseñado a celebrar la vida. Y de eso se trata, de celebrar la memoria del que se va, para que no se vaya nunca. Eskerrik asko Iñaki.

(Preso politikoak aske)