Janina PÉREZ ARIAS
Elkarrizketa
COSTA-GAVRAS
CINEASTA

«La Unión Europea se basa en lo económico, es como un supermercado»

Con «Comportarse como adultos», el legendario realizador, quien por primera vez filma en griego y en su país de origen, recrea lo sucedido a puertas cerradas, cuando en 2015 Grecia trató de renegociar su cataclismo con el todopoderoso Eurogrupo. Se basa en las en las memorias del exministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis.

Cuenta la leyenda que en plena crisis griega, durante una de las muchas reuniones sostenidas en el seno del Eurogrupo, con la Troika elevando los cánticos de austeridad en Atenas, y los ministros de finanzas de los países miembros de la Unión Europea midiendo fuerzas en pro de sus intereses, Christine Lagarde (para ese entonces al frente del Fondo Monetario Internacional), en medio del caos y de los flujos de testosterona, lanzó la frase: «Necesitamos adultos en esta habitación».

Basándose en las memorias del exministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis, recogidas en su libro “Adults in the Room: My Battle With Europe’s Deep Establishment” (publicado en 2017), Costa-Gravras (Atenas, 1933), quien da fe de la veracidad de la cita, conservó el deseo vestido de lamento de la francesa para titular su más reciente película, “Adults in the Room” (Comportarse como adultos).

El realizador de origen griego asentado en el Estado francés desde los años 50 del siglo pasado y recientemente galardonado en Zinemaldia, se remonta a 2015 cuando el nuevo gobierno griego de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), con Varoufakis (en funciones de ministro de finanzas) intentó renegociar un plan de rescate para Grecia en las altas esferas de la Unión Europea mientras el país se sumía en un cataclismo económico, social y político. El resultado –poco alentador– todos lo conocemos, pero revelador es conocer cómo se llegó hasta allí.

Protagonizada por Christos Loulis (como Yanis Varoufakis) y Alexandros Bourdoumis (en la piel de Alexis Tsipras), así como con la participación de Valeria Golino entre un nutridísimo elenco europeo, Comportarse como adultos, estrenada mundialmente en la Mostra de Venecia, pone en pantalla lo que el mismo Costa-Gavras define como «una verdadera tragedia griega».

¿Cómo fue enfrentarse a la realización de su primera película en Grecia y además en griego?

Volver a Grecia después de 70 años para preparar y rodar este filme fue una experiencia muy particular. Encontré un país completamente diferente, de mi generación ya casi no queda nadie, bien porque ya son muy mayores o porque ya no están. Sin embargo, hallé gente joven muy dinámica que quiere cambiar muchas cosas. Aunque también filmamos en otros lugares, nos vimos en la necesidad de rodar en gran medida en Grecia porque la mayoría de los actores tiene que trabajar en teatros locales, por 10 euros por noche, para poder sobrevivir.

En la película vemos la lucha encarnizada en el seno del Eurogrupo. ¿Cómo de reales son esas reuniones y esas dinámicas entre nombres que hemos visto en los telediarios todos los días?

Puedo probar que son contenidos reales en su totalidad, además esta película ha sido posible gracias al libro de Varoufakis. La primera vez que escuché sobre ‘el problema griego’ fue dos años antes del estallido de la crisis en una conversación informal con un diplomático, desde el principio de la misma me dediqué a recolectar mucha información en diferentes idiomas. Sabía que había allí una película pero no tenía una línea dramática, necesitaba un personaje para apoyarme. Tuve un encuentro con Varoufakis y me dijo que estaba escribiendo un libro, sin embargo yo requería de él pruebas irrefutables de lo que había sucedido en esa famosa habitación donde se llevaron a cabo las negociaciones. Varoufakis entendió de inmediato que era necesario tener todo sobre papel, porque de esos encuentros no había quedado nada escrito; de manera que me contó lo que había recolectado, incluyendo sus intervenciones que sí las había conservado por escrito.

Yanis Varoufakis, quien sigue siendo una figura política preponderante, lo ha acompañado en el estreno mundial de la cinta en la Mostra de Venecia. ¿Comparten un objetivo con esta película?

Él es uno de mis principales colaboradores. Le dije lo que tenía pensado hacer con su libro, me cedió los derechos, y durante el proceso de realización le consulté varias cosas relacionadas con economía que se me hacían complejas para que me las explicara, o cuando le mostré el guion para que añadiese algo específicamente en sus discursos. Por lo demás, Varoufakis no tuvo ningún otro tipo de participación en el filme, no quiero mezclar la película con un partido político.

Usted se ha referido al gran fracaso de la izquierda en Europa. ¿Cuál fue el mayor error cometido?

(Reflexiona y sonríe) Probablemente la izquierda no ha sido capaz de cumplir con su filosofía. Desde hace muchos años, en términos políticos, la izquierda se encuentra más cercana a la derecha, y muchas veces hasta actúa como tal, además hemos visto a gente de la izquierda migrar a la derecha fácilmente. Ya las fronteras ente ambas no están claras, y tal vez ese sea uno de sus grandes problema. Por otra parte, en muchos países que habían sido de izquierda, no cumplieron con las expectativas de la gente, ese ha sido el caso de Grecia, o de Francia con el Sr. (Françoise) Hollande (dirigente del partido socialista galo, presidente del Estado francés de 2012 a 2017). Otra causa quizás sea que nosotros como ciudadanos tendemos a asociar a la izquierda con personas, olvidando que se trata de una filosofía, y no de una persona en específico.

¿Cuáles son sus conclusiones acerca del reparto de responsabilidades en la crisis griega?

Tal como se expone en el película, y no es una idea mía, el modelo de austeridad debería de erradicarse porque impide que se paguen las deudas y es un pie de tranca para la renovación de la economía de un país. Por otra parte, esta película no debe entenderse como un juicio. Más que las personas reales, me interesan las contradicciones de los personajes, de hecho siempre me acerco a los caracteres de la misma manera, preguntándome qué hacen y cómo lo hacen. No pienso que los implicados sean “chicos malos”, porque es gente que está haciendo su trabajo, defendiendo las reglas del sistema aunque las mismas vayan en contra de la sociedad; tienen que defender y mantener Europa. El problema radica en que Europa no es lo que debería ser. La Unión Europea se basa en el aspecto económico, es como un supermercado, y las pocas políticas relacionadas con cultura, problemas sociales o educación, fungen como justificativos. Eso lo estamos viendo en los últimos 15 años con (José Manuel) Barroso y (Jean-Claude) Juncker, que han sido unos presidentes (de la Comisión Europea) realmente malos. Tengo algo de esperanzas con Ursula von der Leyen (presidenta designada), porque es una mujer, es alemana y además tiene un pasado bastante interesante. Como yo, existe mucha gente que piensa que ya es tiempo de cambiar lo añejo.

«Comportarse como adultos», como otras de sus películas, se enmarca en el cine político, ¿qué le motiva para hacer este tipo de filmes?

Todo el mundo dice que yo hago películas políticas, pero lo que yo hago son shows con ingredientes políticos. Tal como lo hacían en la antigua Grecia o como lo hicieron directores a lo largo de la historia del cine. Claro que la situación actual es otra, mis películas son diferentes a las que realicé antaño, ahora no usamos tantas metáforas, por lo que estamos muy cercanos a los documentales. Esa es una gran diferencia, pero los objetos de estudio siguen siendo los mismos. Por otra parte, considero que todos los filmes son políticos, hasta una comedia ligera y tonta; es que el arte tiene una relación muy estrecha con la gente, y de allí se desprende su responsabilidad política.

¿Cree que el cine posee la fuerza suficiente para cambiar las sociedades?

El cine ha cambiado a la sociedad desde el principio porque nos ha permitido conocer otras culturas, cómo se vive en otras latitudes, pero nunca pensaría que una película mía pueda cambiar la sociedad. Sería loco creerlo. Pero, sin dudas, el cine ha cambiado el mundo.