Ibai AZPARREN
barcelona

Unos «días espectaculares» para un futuro incierto

La manifestación de ayer puso punto y seguido, que no final, a cinco días que cualquier independentista, o simplemente demócrata, guardará en la memoria en Catalunya. Sobre todo los jóvenes que lo han vivido con especial intensidad, pero también por ejemplo María Isabel, 64 años, natural de Alacant aunque afincada en Terrassa: «Estos días han sido espectaculares», subraya.

«La sentencia ha sido brutal, aunque nos la esperábamos», explicaba a GARA. Habla de «venganza absoluta teniendo en cuenta cómo es el Reino de España». Pero se consuela con que ha servido para «reactivar» a Catalunya.

El debate sobre la violencia no tarda en aparecer en todos los testimonios recabados. Así, María Isabel atribuye los disturbios a «ultras y agentes infiltrados, como ha publicado ese medio español», en referencia a ‘‘Público’’, que ha certificado la actuación de algunos de ellos entre semana. «Llevo años asistiendo a movilizaciones independentistas y jamás ha pasado nada», remarca. Los «disturbios» son, en su opinión, la excusa «para dar una imagen de confrontación».

Medios españoles se están centrando más en un contenedor en llamas que en condenas de cárcel draconianas, dibujando un escenario que pueda justificar un nuevo 155. Al menos eso les preocupa a María Rosa y María, de 52 y 53 años de edad, que han acudido a Barcelona en la marcha que salió de Vic el miércoles. Señalan a un grupo de jóvenes que están dando toques a un balón en mitad de la marcha y subrayan: «Ves, aquí todo el mundo está en un ambiente festivo, pasándoselo bien, aunque los jóvenes a veces reaccionen de manera diferente».

Uno de ellos, Eric, de 24 años, subraya que «nunca se han conseguido derechos sin molestar» y argumenta que «a veces hay que bloquear carreteras y ocupar infraestructuras» para acorralar al Gobierno español. Marta, también de 24 años y con una estelada a la espalda, continúa así: «Nos criminalizan, incluso he escuchado que somos una generación acostumbrada a matar policías en el GTA», bromea sobre un videojuego para adultos. «Joder, mejor que vengan refugiados y no policías», concluye.

¿Y las generaciones intermedias? «Con la sentencia se ha generado un sentimiento generalizado de que hay que salir a la calle, algunos para pedir justicia y otros ya solo por impotencia y rabia», explican Nil y Marina, de 40 y 43 años, al tiempo que aguardan en la Avenida Diagonal a la marcha procedente de Girona.

«Me da igual lo que haga el Govern, y también me da igual que nos criminalicen, estamos cayendo en la trampa. Si algún día se arregla esto, va a ser gracias a la gente que quiere dar batalla, no gracias a los partidos políticos», argumentan.

El Govern y los Mossos

Para Paula, que ha acudido a la manifestación con sus dos hijas pequeñas, el Govern «tiene las manos atadas» y por ello no quiere reprocharle nada. Sin embargo, cree que «la violencia ejercida por parte de los Mossos d’Esquadra ha sido una vergüenza», más aún cuando «no han actuado así contra los fascistas que salieron ayer a la calle». «Las movilizaciones anteriores demuestran que somos pacíficos, y todo esto es una excusa para aplicar medidas excepcionales», dice, en la misma línea que otros consultados.

«No sé si aplicarán el 155, pero los Mossos ya actúan como si estuviese la Generalitat intervenida», explica Álex, de 34 años. A su juicio, el conseller de Interior, Miquel Buch, debería dimitir. Sin embargo, intenta poner el foco de nuevo sobre lo principal: «Estoy harto de hablar de violencia, porque mientras el mundo ve que han condenado a gente por poner urnas, aquí el Estado quiere centrar el conflicto en la violencia».