Nueva Zelanda se agarró a la medalla de bronce en el Mundial de rugby de Japón al derrotar por 40-17 a una Gales que no cedió hasta el último momento, en un encuentro con mucho contacto que ambos equipos afrontaron convencidos de sus opciones para subir al podio.

El apertura galés Rhys Patchell puso en movimiento el oval en esta final de consolación disputada ante 48.842 aficionado, pero los neozelandeses se volcaron sobre sus rivales con energía y una férrea defensa.

Así, los All Blacks, tras una jugada en la que el apertura Richie Mo'unga, el 8 Kieran Read y el segunda línea Brodie Ratallick mostraron los que es el trabajo en equipo, anotaron el primer ensayo por mediación del pilar izquierdo Joe Moody, con confirmación exitosa (7-0).

A partir de ahí, aunque los Dagrones Rojos no bajaron los brazos, Nueva Zelanda se fue distanciando hasta llegar al descanso con un cómodo 28-10. Nada más comenzar la segunda parte, el centro exterior Ryan Crotty anotó un nuevo ensayo que dejaba el marcador en un 35-10 que les dejaba el partido muy cuesta abajo.

Luego, aunque Gales peleó hasta la extenuación cada jugada no pudo cumplir su milagro –hubiera sido su primera victoria sobre Nueva Zelanda desde 1953– porque en el minuto 76 Mo'unga volvía a hacer de las suyas para anotar y convertir el sexto ensayo de su selección y último del partido, 40-17.

Lamnetos de Hansen

A pesar de la victoria, el entrenador de Nueva Zelanda, Steve Hansen, se mostró «decepcionado» por no haber podido llevar a los All Blacks a la final, aunque expresó su confianza en que los jugadores «continuarán esforzándose para mejorar».

La derrota frente a Inglaterra, el pasado fin de semana, impedió a Nueva Zelanda aspirar a una cuarta copa mundial y la tercera consecutiva, y de eso se hizo eco Hansen en la rueda de prensa. «Tuvimos un resultado extremadamente decepcionante contra Inglaterra, donde fuimos derrotados por un equipo que jugó mejor que nosotros ese día, pero hemos vuelvo y hemos mostrado carácter y compromiso con la camiseta», dijo el entrenador para quien «cada vez se hace más difícil ganar la copa mundial en este deporte, porque todos los equipos están mejorando».

En este sentido, Hansen manifestó que, al menos, pueden «estar orgullosos de lo que hemos hecho, porque hemos obligado a los demás equipos a jugar mejor que nosotros».