El número de personas paradas registradas en los servicios públicos de empleo de la CAV y Nafarroa creció durante el mes de octubre en más de 3.000 personas, alcanzando la cifra de 147.199. En comparación con los datos de hace un año el desempleo ha descendido, sin embargo, el hecho de que el número de personas paradas aumente en el mes de octubre indica un cambio de tendencia que parece confirmar las previsiones que señalaban que la actividad económica se estaba ralentizando.

Los sindicatos coincidieron en valorar los malos resultados como una consecuencia directa de la precarización de las relaciones laborales. Señalaron que aumenta la contratación pero la calidad de los contratos no mejora y, en consecuencia, tampoco lo hace el número de personas con empleo. Ante este panorama tan volátil, alertaron de que cualquier caída de la actividad económica se convierte automáticamente en más paro. Por otra parte, tanto la consejera navarra de Derechos Sociales, Mari Carmen Maeztu, como su homóloga de la CAV, Beatriz Artolazabal, coincidieron al considerar que las cifras eran malas y preocupantes, aunque no ofrecieron ningún tipo de remedio más allá de exorcizar los malos augurios con buenos deseos: planes para favorecer la creación de empleo, mejorar su calidad y reducir las desigualdades, propuso Maeztu; propiciar la empleabilidad de los colectivos más vulnerables, ofreció Artolazabal, que puso sus esperanzas en la aprobación del proyecto de presupuestos de 2020, aunque en realidad tampoco contienen novedad alguna.

Artolazabal señaló también que será difícil consolidar el paro por debajo del 10%. Esa cifra fue la meta que definió Iñigo Urkullu al principio de la legislatura, después de que arreciaran las críticas por la falta de objetivos para poder valorar la acción de gobierno. A pesar de carecer de ambición, todo indica que también pasará a engrosar la lista de metas no alcanzadas del Ejecutivo de Lakua.