Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

De crisantemos y conjuros

Noviembre, mes de crisantemos, muertos y fantasmas, es el marco ideal para unas elecciones donde, igual que Franco, las apariciones fascistas de Vox han abandonado sus tumbas atemorizando a un electorado que hace un año creía lo que aseguraban los creadores de opinión: que en el Estado español el ascenso de la ultraderecha no era posible porque este pensamiento ya estaba en las ideas del PP y de Cs. Está claro que, a pesar de tener razón, no acertaron. Aunque también es posible que la intención de las encuestas, llamando al miedo, no sea otra que reconducir el voto a las urnas de lo «menos malo», PSOE y PP y, con ellos, al bipartidismo de toda la vida. En EH, la llamada al temor a la ultraderecha tiene sus matices. La idea de ilegalizar partidos independentistas no es nueva y tiene un pasado antidemocrático por el que a Patxi López (PSE) se le debería de caer la cara de vergüenza. Lo que tiene de nuevo es que Vox y Cs señalen al PNV. Al hacerlo han convertido al partido jeltzale en una víctima de la intolerancia fascista que, electoralmente, le habrá venido hasta bien para apartar de si otras imperfecciones democráticas y afianzarle como colaborador del bipartidismo español. Dicho esto, mañana, un domingo frío y gris, entre crisantemos, haré un conjuro contra los fantasmas, del pasado y del presente, y votaré.