Un frágil alto el fuego entró en vigor a las 5.30 de la madrugada del jueves por mediación de Egipto para poner fin a la escalada asimétrica de bombardeos israelíes y lanzamiento de cohetes palestinos en plena campaña sionista de «asesinatos selectivos» de dirigentes de la Yihad Islámica.

Todo ello después de nuevos bombardeos israelíes, que elevan ya a 34 los palestinos muertos, entre ellos ocho miembros de una misma familia, y a 111 los heridos, por ningún muerto ni herido por parte israelí.

Líder miliciano o policía

Israel aseguró que el objetivo del ataque que mató a tres menores y dos mujeres de la misma familia tenía como objetivo a Rasmi Abu Malhus, al que presentó como un «comandante de la Yihad Islámica encargado de lanzar cohetes contra Israel».

Vecinos del barrio aseguraron que Abu Malhus sería un oficial de la policía militar de la Autoridad Palestina (ANP).

Horas después de este ataque, Israel denunció el lanzamiento desde Gaza de cinco cohetes, dos de los cuales habrían sido in terceptados por el sistema antiaéreo Cúpula de Hierro.

La Yihad Islámica ha lanzado 450 cohetes desde que Israel iniciara su campaña de «asesinatos no tan selectivos» contra la Yihad Islámica matando al comandante de los Batallones Al Quds, brazo armado de la Yihad.

El gobierno de Egipto, adonde viajó el enviado de la ONU para Oriente Medio, Nickolay Mladenov, anunció un alto el fuego por el que los grupos palestinos, incluida la Yihad Islámica, se comprometerían a «mantener la paz» durante las protestas contra el bloqueo de Gaza y a favor del retorno de los millones de refugiados palestinos.

Israel se comprometería a cesar en sus bombardeos y a no reprimir a tiros a las «marchas del retorno» que, desde marzo de 2018, se han saldado con 300 muertos y miles de heridos.