M.I.
SI YO FUERA RICO

Tirando del remake y de la comedia localista

E n Mediaset no se comen mucho la cabeza con la división cinematográfica, que no es más que una mera extensión de la televisiva, motivo por el que los repartos corales de sus películas están llenos de rostros popularizados por la pequeña pantalla. Tampoco se molestan en pensar un guion original, pues han encontrado en el remake o traducción al castellano de comedias exitosas de otros países una cosecha inagotable, y si a ello le añadimos el toque localista y el humor con acentos autonómicos marca de la casa, solo falta poner en marcha la maquinaria promocional. Ahora se han ido a fijar en un título taquillero del mercado francófono, concretamente en “Ah! si j’étais rich” (2002) de Gérard Bitton y Michel Munz. Y la han trasladado a Asturias, para que allí brote el tipicismo con alguna que otra frase cortita en bable, como gancho para el reportaje turístico de las playas para surf y de la oferta hotelera y gastronómica. La anécdota argumental es la del tipo en proceso de divorcio al que le toca la lotería, y como tiene régimen de gananciales decide ocultar que es millonario hasta no estar divorciado del todo. La moraleja es la de siempre: el dinero no da la felicidad.