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EL DRAMA DE MIGRANTES Y REFUGIADOS EN EL MEDITERRÁNEO

El Aita Mari pide puerto seguro para 78 rescatados frente a la costa libia

El antiguo pesquero vasco Aita Mari, acondicionado por la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), rescató a 78 personas que viajaban en una patera y se hallaban en «peligro», antes de poner rumbo a una segunda embarcación con otras 94 personas a bordo. Aguardan a la asignación de un puerto seguro, en Malta o en Italia.

El buque vasco Aita Mari notificó ayer, pasadas las 19.00 de la tarde, el rescate de 78 personas a la deriva en una patera y que, detallaron, estaban en «peligro» en el Mediterráneo. Poco después, a través de las redes sociales, daban cuenta de la localización de un segundo bote, con otras 94 personas a bordo y que se encontraba a dos horas de su posición. Añadieron que aguardaban instrucciones para coordinarse con las autoridades, aunque al cierre de esta edición no había más información sobre este operativo.

Según explicaron desde la ONG guipuzcoana Salvamento Marítimo Humanitario, la primera embarcación, «una gomona», fue localizada en aguas internacionales, después de que el Aita Mari llevara cuatro días patrullando en la zona SAR (de búsqueda y salvamento, por sus siglas en inglés) de Malta, «debido a las restricciones que el Gobierno de España aplica a esta nave y al Open Arms».

«A partir de ahora, esperamos la asignación de un puerto seguro para el desembarco» de esas 78 personas. La organización destacó que «los únicos puertos seguros y cercanos son los italianos y los malteses».

Tras recordar que, «según la propia Unión Europea, en palabras de su portavoz, Mina Adreeva, Libia no es un lugar seguro», el comunicado recalcaba que, «en cumplimiento con la legislación internacional, el capitán del Aita Mari tiene el derecho a navegar la menor distancia posible».

Más rescates

Desde Salvamento Marítimo Humanitario informaron de que en los dos días anteriores tanto el Ocean Viking como el Open Arms también habían realizado rescates en la misma zona y que también se encontraban a la espera de puerto de desembarco.

Primer rescate

El Aita Mari zarpó el pasado 12 de noviembre de la isla griega de Lesbos, donde había desembarcado ocho toneladas de ayuda humanitaria –material de higiene, ropa...–, hacia la zona SAR maltesa para continuar realizando labores de ayuda humanitaria, «tanto de apoyo a otros barcos solidarios» como para «atender a cuanta embarcación a la deriva se encuentre».

Desde que concluyó su puesta a punto, a finales de setiembre de 2018, el Aita Mari no había podido llevar a cabo operaciones de rescate. Pese a estar sobradamente equipado para ello, la denegación de permisos y el bloqueo al que Madrid le sometió –obligándole a mantenerse amarrado– lo habían impedido. Cuando zarparon de Pasaia, a finales de octubre, y sin autorización para operaciones de vigía y rescate, los responsables de Salvamento Marítimo Humanitario ya advirtieron de que «las normas internacionales marcan que no se puede abandonar a nadie en el mar y eso es lo que haremos».

Izaskun Arriaran, integrante de la tripulación del Aita Mari, explicó hace escasos días a NAIZ Irratia desde la propia embarcación, que, aunque el Ejecutivo español les niegue tales permisos –con amenaza de elevadas multas incluida–, la ONG tiene suscritos acuerdos con los gobiernos de Italia y de Malta para poder prestar ayuda a migrantes y refugiados. «Eso es muy importante», destacó.

El lehendakari Iñigo Urkullu trasladó su felicitación a la tripulación y a SMH tras el rescate: «La acción humanitaria y la solidaridad se convierten en un imperativo insoslayable», destacó en su cuenta de Twitter.