GARA
PEKÍN

El FMI aboga por pasar de «la tregua a la paz comercial»

En un encuentro celebrado en China, los máximos responsables del FMI y de la OCDE instaron a resolver cuanto antes la «guerra comercial» entre EEUU y China, subrayando los efectos negativos que ya se están haciendo notar en la evolución de la economía global.

La economía global se enfrenta a una «ralentización sincronizada» íntimamente relacionada con factores como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, mientras que instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) apuestan por el multilateralismo para tratar de paliar los problemas.

Esta fue la conclusión de la reunión “1+6” celebrada ayer en Pekín, en la que las autoridades chinas –representadas por el primer ministro, Li Keqiang– debatieron con los dirigentes de las principales instituciones económicas internacionales.

En una intervención ante los medios posterior al encuentro, la nueva directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, indicó que las pérdidas estimadas para la economía global por la guerra comercial ascenderán a 700.000 millones de dólares hasta 2020, el 0,8% del PIB mundial. «Debemos movernos de una tregua comercial a una paz comercial», exhortó.

La economista y política búlgara explicó que está previsto que el crecimiento global sea de «solo un 3% en 2019, el más lento en una década», y recordó que el crecimiento de las economías estatales que representan el 90% del PIB mundial se ralentizó en el último año, lo que contrasta con el avance del 75% de las economías hace dos años.

Para Georgieva, la actual coyuntura –que podría agravarse dependiendo del resultado de la salida de Gran Bretaña de la UE– aumenta la vulnerabilidad financiera y plantea retos a largo plazo como la desigualdad en los ingresos, los problemas demográficos o las disparidades regionales. «Cuando la economía se ralentiza, afecta a todo el mundo, pero especialmente a los más vulnerables. Por eso, se necesitan protecciones sociales fuertes», reclamó.

Por su parte, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría, denunció que «la incertidumbre es el peor enemigo del crecimiento», y que esa situación está provocando «prácticamente la paralización» del comercio y del crecimiento de la inversión, así como una menor creación de empleo y más desigualdad.

«El resultado de todo esto es una crisis de confianza que hace que sea más difícil para los líderes ser capaces de tomar las medidas necesarias a la hora de (enfrentarse a) todo tipo de problemas de gobierno», lamentó el mexicano.

Deberes para China

Además de las cuestiones globales, también se analizó la economía china. Por ejemplo, el presidente del Banco Mundial, David Malpass, habló de la necesidad de resolver la guerra comercial para «evitar una ralentización todavía más aguda» en el país asiático, al que pidió «nuevos motores del crecimiento».

Malpass, impulsado a la cúpula del BM por Donald Trump, recomendó a Pekín más reformas orientadas a impulsar el papel de los mercados, a reducir las subvenciones a empresas públicas o a reforzar la transparencia de la deuda, tema este último en el que coincidieron varios de los participantes.

El consenso general es que China logrará su objetivo de crecimiento en 2019, situado en la horquilla del 6% al 6,5%.