Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «La casa del terror»

La resaca adolescente de la noche de Halloween

Los misterios de la distribución han hecho que “Haunt” (2019) llegue con retraso a la fiesta de Halloween, ya que es una película especialmente pensada y diseñada para diversión gamberra en esas fechas, con el público adolescente una vez más como principal interesado en participar en un espectáculo terrorífico, cuyo mayor activo es la falta de pretensiones genéricas. Sorprende que una actitud tan de serie B provenga de la dupla Beck-Woods, conocidos como guionistas de la más ambiciosa realización autoral de John Krasinski “Un lugar tranquilo” (2018). Todavía es pronto para juzgar su trayectoría paralela en la realización, pero por lo apuntado en este su segundo largometraje, al igual que en el anterior “Nightlight” (2015), apuestan por la concepción del cine en su vertiente de mero entretenimiento.

“Haunt” (2019) resultará entretenida para fans del terror adolescente que saben perfectamente lo que van a ver, algo que se convierte en mecánico y previsible para el resto, salvo para la parte de la audiencia adulta que se siente regenerada con la sangre joven. Es como participar en un juego con las reglas establecidas de antemano, por eso si te sientas a ver la película conviene admitir todas y cada una de las licencias de guion, partiendo de la idea preconcebida de que las chicas y los chicos de menos de 18 años son idiotas por naturaleza, y si no lo son se comportan como tales. Es del todo necesario para que la mecánica del susto funcione, así que han de poner constantemente sus vidas en peligro sin motivo ni lógica alguna.

Existe también un innegable componente masoquista, porque de lo contrario no se entiende que una joven maltratada en sus relaciones paternofiliales y de pareja se preste a pasar por un nuevo calvario de violencia, a no ser que quiera convertirse en heroina del grito a fuerza de provocaciones sangrientas dentro de un siniestro parque de atracciones clandestino.