GARA
WASHINGTON

Tras el mazazo de Sondland, nueva puntada a Trump en el proceso de impeachment

Desarbolados por el «yo acuso» a Trump de su amigo y embajador ante la UE Gordon Sondland, los republicanos han rescatado una vieja teoría conspirativa que apunta a Ucrania, no a Rusia, tras la injerencia electoral en 2016. La ex asesora de la Casa Blanca, Fiona Hill, salió al paso de ese intento de hacer la del calamar en las audiencias sobre el impeachment.

Fiona Hill, exasesora principal de Trump para Rusia, urgió al Congreso a que no haga caso a las «mentiras que sirven a los intereses de Moscú», en referencia a la teoría conspirativa difundida por el círculo del presidente de EEUU, Donald Trump, y que sostiene que fue Ucrania, y no Rusia, la que se inmiscuyó en las presidenciales de 2016 pirateando los correos electrónicos de la campaña de su rival, Hillary Clinton.

La teoría sobre la autoría de Ucrania, o siquiera sobre la coautoría entre Kiev y Moscú, fue aireada durante la primera mitad del mandato de Trump, emborronado por sospechas de colusión entre Rusia y el equipo de campaña del magnate.

Hill, que dejó su cargo en el Consejo de Seguridad Nacional en julio, compareció en el marco de las Audiencias en la Cámara de Representantes sobre el impeachment contra Trump.

Con las audiencias de ayer culminó una intensa semana marcada por la comparecencia del embajador de EEUU ante la Unión Europea, Gordon Sondland, en la que reconoció las presiones a Ucrania para que investigara al exvicepresidente y actual aspirante presidencial demócrata Joe Biden, sobre los negocios gaseros de su hijo.

Empresario hotelero cercano a Trump –donó un millón de dólares a su campaña– y nombrado personalmente por el magnate embajador ante la UE, Sondland sorprendió el miércoles al reconocer que existió «quid pro quo» en las coacciones del presidente Trump a Ucrania, al condicionar una invitación a la Casa Blanca a su homólogo ucraniano, Vladimir Zelenski, a las pesquisas sobre Biden y los negocios de su hijo en aquel país.

Sondland, testigo clave al ser el único cargo que ha testificado en el Congreso y que trató directamente con Trump sobre el tema, no dudó en modificar su declaración inicial a puerta cerrada tras «recordar» que fue él mismo quien comunicó al Gobierno ucraniano que la visita de su presidente al Despacho Oval y los 391 millones de dólares en ayuda militar dependían de que abriera una nvestigación sobre Biden padre e hijo.

El embajador estadounidense en la UE decidió el miércoles sacar el ventilador y dejó atónito a Devin Nunes, el republicano de más alto rango del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes. Este último decidió asimismo intentar esparcir la tinta del calamar preguntando a Sondland sobre la supuesta injerencia electoral ucraniana que Hill desmintió ayer.

Lo que no está claro es el impacto de estos testimonios en la opinión pública de EEUU –al final de eso se trata–, poco acostumbrada a entender términos latinos como «quid pro quo».

Centro versus izquierda en el debate demócrata

Centristas e izquierdistas se enfrentaron en el debato de aspirantes a candidatos demócratas en Atlanta (Georgia).

Pese al escaso eco que despertó entre unos espectadores absorbidos por el impeachment –el socialista Bernie Sanders recordó sin éxito que «Trump no nos puede obnubilar, porque, si es así, perdemos»– el nuevo aspirante centrista, Pete Buttigieg, insistió en presentarse como el único que viene de los distritos electorales que sedujo el magnate. Alcalde de la ciudad de South Bend (Indiana) y homosexual declarado, es oriundo del Medio Oeste tradicionalmente demócrata y desindustrializado, que basculó a favor de Trump en 2016.

Pese a ello, Buttigieg no dudó en alinearse con Joe Biden contra el sistema universal de Salud, que defienden Sanders y Elizabeth Warren, quien defiende que la mejor manera de vencer es «construir una América para todos, no solo para los ricos».

Con un 30% de media, un Biden a la baja lidera las encuestas, seguido de Warren (18%), Sanders (17%) y Buttigieg (8%), quien sube en Iowa y New Hampshire. GARA