Lo ha hecho otra vez. Donald Trump volvía a la carga con sus aranceles, tumbando todas las bolsas. En esta ocasión, los enemigos señalados eran Brasil y Argentina, países a los que subirá de inmediato los aranceles para las importaciones de acero y aluminio con la excusa de la devaluación de sus monedas frente al dólar. Pero la amenaza de una cruda guerra comercial no quedaba aquí, ya que, girando el foco hacia China, se volvía a recordar desde Estados Unidos la subida prevista para el 15 de diciembre en los aranceles a productos valorados en 300.000 millones de dólares.

La nueva agitación de la guerra comercial no ha llevado, por el momento, a la ruptura de las negociaciones entre Estados Unidos y China, pero los últimos choques en materia política y el mantenimiento de los gravámenes por parte de Trump podrían atrasar todavía más la firma del acuerdo que ambas partes dicen tener muy avanzado desde hace semanas.

También colaboró en el pesimismo de los inversores la caída del índice ISM manufacturero de EEUU, que bajó en noviembre hasta los 48,1 puntos, frente a los 48,3 del mes anterior.

El Ibex paró la sangría en los 9.156,30 puntos, tras dejarse un 2,09%. En el resto de plazas europeas también se vivía la misma situación. París cayó un 2,01%; Fráncfort, un 2,05%; y Londres, un 0,82%. No lo hacían mucho mejor en Nueva York, con el Dow Jones y el S&P 500 bajando en torno al 0,70% media hora después del cierre en Europa.

Ningún valor del Ibex terminó al alza. MásMóvil (-4,35%) e Indra (-3,95%) fueron los peores. De los pesos pesados, el más castigado fue Iberdrola (-3,74%), en un día muy negativo para las eléctricas. Telefónica (-2,24%) e Inditex (-2,09%) también sufrieron recortes notables.