L a trilogía de Baztan ya ha sido enteramente rodada, porque Atresmedia ha seguido el sistema en boga de rodar las segunda y tercera entregas de un tirón, nuevamente bajo la dirección de Fernando González Molina, acostumbrado a acertar más con el público que con la crítica especializada a lo largo de su carrera, dependiente siempre de las cadenas televisivas. “El guardián invisible” (2017) consiguió una cifra de 600.000 espectadores, suficiente para que fuera adquirida por Netflix teniendo en cuenta las ventas del original literario de Dolores Redondo. Si aquel primer capítulo estaba dedicado al mito de Basajaun, ahora le toca el turno a Tartalo y en el final será a Inguma. La diferencia entre el presente estreno y el próximo y último va a ser muy corta, ya que la tercera parte se anuncia para el día 3 de abril del año que viene.

Argumentalmente solamente ha pasado un año desde que la agente foral Amaia Salazar, interpretada por Marta Etura, resolviera el caso de los crímenes rituales en Elizondo, localidad de la que ha decidido alejarse para ser madre de un hijo al que pondrá el muy significativo nombre de Ibai, hecho que coincidirá con las inundaciones del río Baztan. La aparición del mensaje suicida en la cárcel de “tarttalo” le devolverá otra vez a su lugar de partida, con implicaciones familiares de por medio.