Josu MONTERO
Escritor y crítico literario

Humorismo

Un hombre de derechas que escribía novelas de izquierdas». Así definió Fernando Fernán Gómez al escritor Wenceslao Fernández Flórez (A Coruña, 1885-1964). En su discurso de ingreso en la RAE, en 1945, WFF habló de las dos reacciones primarias de quien se muestra disconforme con la realidad: la cólera, la imprecación, la sublevación airada; y el lamento, la queja, la tristeza del llanto. Ambas han originado inmensas parcelas en la literatura. Pero hay una tercera reacción: «Cuando ni gemimos ni nos encolerizamos, no queda más que una actitud: la de la burla». Y añade: «El humor desarma, la gracia abrillanta las ideas y las aguza; sus heridas son mortales». Siempre con el humor –«si no es tierno ni es comprensivo, no es humor»– o la ironía o el sarcasmo o la sátira por delante, sus novelas destilan un hondísimo escepticismo, una visión bien negativa del ser humano y de la sociedad. En “Visiones de neurastenia” (1924) arremete contra el «irritante régimen de favor para los que se obstinan en defender que este mundo es encantador». Hay muchos intereses creados para promover este optimismo, afirma. Y conducido al doctor debido a su recalcitrante pesimismo exclama: «¿De modo que usted quiere adulterar químicamente mis ideas? ¿Pretende encharcarme en una alegría vulgar y convencional, de farmacia? ¡Nunca! Ver el mundo en toda su verdadera fealdad hipertrofia el sentido crítico». Lean al autor de “El malvado Carabel” o “El bosque animado”; lean a este incurable descacharrante pesimista, a este demoledor subversivo de derechas, que escribió también: «De cuanto se puede hacer sobre la tierra, lo más prodigioso, lo más profundo es esto: vivir».