Belén Martínez
Analista social
AZKEN PUNTUA

Quien cada 10 de diciembre

Este año se conmemora el centenario del Tratado de paz de Versalles, un pacto que finiquitaba oficialmente la guerra. También celebramos 100 años del Congreso de la Liga Internacional de mujeres por la paz y la libertad, en el que Jeanne Mélin y Lida G. Heymann se dieron la mano simbolizando la reconciliación entre Francia y Alemania.

El Tratado de 1919 tenía por objeto establecer «la paz universal» fundada sobre la justicia social: si vis pacem, cole justitiam. Y es que la clase trabajadora había pagado un alto tributo a la guerra. Ese pacto hace referencia a «nativos de posesiones de ultramar», protectorados y «centros de civilización», afirmando una voluntad de crear un mundo a imagen de sus poseedores.

La parte XIII del Tratado está consagrada a la Organización Internacional del Trabajo. El principio de salario igual, sin distinción de sexo, por un trabajo de igual valor, figura entre los principios de importancia particular y que se consideran urgentes. Cien años no es nada y seguimos viviendo con el alma aferrada a un dulce recuerdo –y a una promesa incumplida–.

La efeméride es un pretexto para hacer un trabajo crítico de memoria [de]colonial. Hoy se celebra el Día de los Derechos Humanos y, como siempre, los discursos oficiales sonarán a ditirambos frustrados.