El quinto largometraje del veterano Gilles Legrand, cineasta que empezó tarde su carrera con “Malabar Princess” (2004), está protagonizado por la gran actriz Agnès Jaoui, quien ya ha demostrado sobradamente su talento para la sátira tanto delante como detrás de la cámara. En “Les bonnes intentions” (2018) se concentra en su trabajo de actriz, luciéndose con la caracterización de una adicta a las obras sociales. Todo ello dentro de una tragicomedia que se burla de lo políticamente correcto, de esa actitud solidaria que acaba vaciándose de contenido porque al final se convierte en una carrera competitiva para salir en la foto.

El problema de Isabelle es que es una trabajadora social tan obsesionada con su labor para la integración del sector inmigrante y marginal que llega a convertirse en una caricatura de sí misma, al querer demostrar en toda situación y circunstancia que es la más solidaria. Su rivalidad con una benefactora que recala en el mismo centro social en el que ejerce el voluntariado alcanza extremos ridículos, iniciando una cruzada para ayudar a la gente inmigrante de su curso de alfabetización a sacarse el carnet de conducir. En su total dedicación a la causa se olvida de su propia familia.