Patxi IRURZUN
Iruñea
Elkarrizketa
UXUE JUÁREZ
ESCRITORA

«Este libro me ha servido para atreverme a hacer lo que me dé la gana»

Con el libro «casi ciervos», publicado por la editorial Greylock, la escritora iruindarra Uxue Juárez indaga a través de la literatura y la fotografía –y de la suma de ambas– en una nueva escritura que se aleje de lo normativizado y que se acerque para ello al lenguaje animal. Se trata de un libro que husmea en las diferentes posibilidades del lenguaje y reflexiona sobre él.

Publicado por la editorial Greylock, “casi ciervos” es un libro experimental, un libro que merodea, que husmea en las diferentes posibilidades del lenguaje y reflexiona sobre él; es también un libro objeto, editado con delicadeza; y un cuaderno de observación, en el que Uxue Juárez (autora de los poemarios “Cosas que crujen”, “Así, Berlín”, “En el principio era la nieve” y “Bajo la lengua bichos”) intenta anotar las bases para una escritura que huya de la domesticación.

Este libro, según comentó en la presentación, surge de una crisis personal.

Aunque no me gusta hablar de escritura terapéutica, sí, es cierto que el libro surge en un momento en el que yo estaba haciéndome preguntas, y también que todos los libros que he escrito parten de crisis personales (¡vaya, he tenido muchas crisis!), pero, claro, tú en ese momento no entiendes lo que está pasando y como la herramienta que utilizas, o el entorno en el que tú te mueves es el lenguaje o la literatura, y el lenguaje que hasta entonces has utilizado no te sirve, comienzas a buscar, a preguntarte hasta dónde puedes ir, o qué otras maneras de expresarte pueden ayudarte…

¿Y es ahí donde entra esa búsqueda de ese lenguaje animal?

Era un momento en el que estaba con ansiedad –algo que nunca me había sucedido– y yo veía esto como un animal, merodeando por aquí y por allá. Era algo que no controlaba y eso me hacía pensar en una escritura animal. Estaba además leyendo “Mirar”, de Berger. Suelo, además, ir mucho al campo… Fue a partir de todo eso con lo que empecé.

¿Y en qué ha quedado lo que pretendía y lo que ha conseguido?

¡En nada! Aunque ya sabía que eso era algo que iba a pasar. Pero, sin inventar nada, hay cosas (la puntuación, no usar las mayúsculas, imprimir un ritmo al texto que intente imitar la velocidad de los animales) con las que he intentado romper la manera en que te han enseñado el lenguaje en la escuela.

¿Es un libro, en ese sentido, experimental?

Sí, el experimento es ese, intentar convertir el libro en un animal o en la manera de hablar de un animal, aunque se quede solo en eso, en un intento; y también está el hecho de sumar a los textos fotografías, algo de lo que yo no tenía ni idea, y con lo que también me apetecía experimentar.

En las citas iniciales del libro hay una cita que habla precisamente de la manera en que ha abordado el tema de la fotografía…

A la profesora de fotografía que tuve yo le preguntaba cómo hacía ella para definir la intención con la que hacía las fotos, y ella me decía eso que se cita: «Tú intenta coger y usar la cámara como cuando coges el boli, con la misma actitud. Y, entonces, dispara». Igual parece un poco de flipadas, pero lo cierto es que ha funcionado.

¿Cómo fue después encajar esas fotos con los textos?

Estuve yendo a diferentes talleres de fotografía porque no sabía muy bien cómo hacerlo, hubo además entonces como un boom del fotolibro… Y al final di con una fotógrafa, que se llama Ixone Sádaba, que trabaja mucho temas sociales, y que me dijo que es interesante saber, cuando enfocas, qué dejas fuera del marco, girarse y fotografiar también eso… Por otra parte, la propia editora, Susana Romanos, me ayudó bastante, fue ella, por ejemplo, quien vio que esas fotos debían ir en blanco y negro, y también he tenido el apoyo de más personas, como la escritora Izaskun Gracia o Imanol Aizpuru.

En la presentación, Regina Salcedo señaló que aunque en el libro hay bastante crudeza esta a veces se rebaja con el humor u otras con el empleo de un lenguaje infantil…

Sí, eso tiene que ver en parte con cómo soy yo, pero también, en el caso del lenguaje infantil, con la idea de nuevo de volver a un lenguaje menos normativizado.

¿Cree que el libro le ha servido para abrir algún camino o para definir cómo será en adelante su manera de enfrentarse a la literatura?

Sí, todavía no sé muy bien cómo hacerlo, pero tiene que ver con esto que he comentado, con el intento de buscar ese lenguaje. Y para lo que desde luego sí me ha servido el libro es para atreverme a hacer lo que me dé la gana. Siempre tienes dudas cuando empiezas algo, ahora me ronda en la cabeza, por ejemplo, la idea de escribir a la vez en euskara y castellano, sé que voy a tener problemas, pero esto al menos me sirve para establecer una base, y para decirme que si es lo que quiero hacer, ¿por qué no?