Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

Gasteiz, la lluvia y yo

El jueves por la noche se celebró en Gasteiz el partido de la Euroliga entre el Baskonia y el equipo turco Fenerbahçe SK. Comenzó a llover justo cuando las compañeras de OEE Araba y Askapena nos pusimos a repartir panfletos en la parada de los autobuses que salían hacia el Buesa Arena. La lluvia empapó la mitad de las octavillas pero aun así pudimos cumplir con el objetivo de nuestra acción: denunciar el genocidio de Turquía contra el pueblo kurdo en Rojava.

Volví a casa despacio, como si caminase por una película invernal, abstraída en esos asuntos que, al fin y al cabo, también pertenecen a los demás. Pensé que un año más, hoy, las calles de Bilbo se llenarían de miles de personas, dispuestas a exigir la libertad de los y las presas políticas de Euskal Herria. Me di cuenta que la semana se acabaría en tres días y que el mes de enero, el primero de esta década de los 20, terminaría con una huelga general, dispuesta a levantar el puño y la cabeza ante la soberbia neoliberal que mata trabajadores. Las noticias decían que en el Estado francés, otra huelga general contra las políticas sociales de Macron estaba siendo un éxito...

Con la lluvia las calles se vuelven desapacibles. No hay con quien pararse y hoy parece igual que ayer. Pero no. El día había sido movido y el 2020 despuntaba con un tono rebelde. Al llegar a esa conclusión dejó de llover.