Ibai AZPARREN

A PASO FIRME POR LOS PRESOS EN BILBO ANTE LA NUEVA COYUNTURA POLÍTICA

FUERON 70.000 LAS PERSONAS QUE VOLVIERON A RECORRER LAS CALLES DE BILBO PARA EXIGIR QUE SE RESPERTEN LOS DERECHOS DE LOS PRESOS Y EXILIADOS VASCOS. SE PUSO ESPECIAL ÉNFASIS EN RECLAMAR AL NUEVO GOBIERNO ESPAñOL EL FIN DE UNA POLÍTICA PENITENCIARIA QUE MANTIENE A 19 PRESOS CON ENFERMEDADES GRAVES.

Bilbo esperó a Baiona y, mediante la makila, se unieron de manera simbólica ambas manifestaciones. Para las 17.20, la cabeza de la marcha ya configurada echaba a andar. Al frente, Joseba Azkarraga y Bego Atxa, portavoces de Sare, convocante de las movilizaciones bajo la dinámica ‘Orain Presoak'. Eso mismo era lo que rezaba la pancarta, sujetada también por el portavoz de Etxerat, Urtzi Errazkin, Garazi Hach Embarek Irizar, miembro de la coalición Ahora Repúblicas, y Rosa Rodero y Axun Lasa, víctimas de ETA y GAL, respectivamente, que más adelante serían las encargadas de leer, a dos voces, el manifiesto final.

En segunda línea se encontraban representantes de EH Bildu, como el coordinador general, Arnaldo Otegi, y los diputados del Congreso español Oskar Matute, Mertxe Aizpurua y Jon Iñarritu; la diputada de ERC Núria Picas y el vicesecretario general, Isaac Peraire; el diputado de JuntsxCat Eduard Pujol; y el diputado en el Congreso español por la CUP Albert Botran. También acudieron Josetxo Arrieta, Eneritz de Madariaga y Andeka Larrea, miembros de Elkarrekin Podemos Bizkaia.

En cabeza también se pudo obsevar a representantes de todos los sindicatos que se habían adherido (LAB, ELA, CCOO, UGTE, Steilas, CNT, ESK, EHNE y Etxalde), además de personas conocidas y con distintas trayectorias vitales, referentes de la cultura, deporte y educación.

Dado el volumen de la movilización, muchos aguardaron su paso en Autonomía, Hurtado de Amezaga y Zabalburu, al tiempo que coreaban intensamente «Euskal presoak etxera» y «Presoak kalera, amnistia osoa». La marcha avanzaba a paso lento, reencontrándose, entre otros muchos, con los compañeros comuneros, gallegos, andaluces, bereberes, saharauis y madrileños, portadores de una pancarta que rezaba «Madrid con Euskal Herria». Una mención especial merecen los bolivianos, siempre solidarios con los presos vascos y que ayer, junto a Askapena, denunciaron el golpe de Estado perpetrado en su país. También hubo gritos y pancartas que reivindicaron la libertad para los jóvenes de Altsasu.

Al nuevo Gobierno español

Paso a paso, el gentío se congreba y las silletas chocaban entre sí y se enredaban con alguna que otra pierna. Por delante, marcharon los familiares de los presos con sus respectivos pañuelos anudados al cuello y portando una extensa lona que imploraba el acercamiento a casa de sus seres queridos: «Etxean nahi ditugu».

A medio camino, en Zabalburu, la marcha se detuvo y los fotógrafos aproveharon para sacar la ya habitual pero no por ello menos espectacular imagen. En un breve canutazo, Azkarraga exigió tanto al nuevo Gobierno español como a los representantes vascos en Madrid que escuchasen «la reivindicación de la sociedad vasca». Asimimo, expresó que «no queremos que a los presos gravemente enfermos se les conceda la libertad solo cuando van a morir, ni tampoco más niños con mochila obligados a recorrer miles de kilómetros para poder recibir un beso de su ama o su aita».

De modo que reclamó al nuevo Gobierno conformado por el PSOE y Unidas Podemos el fin de «las vulneraciones de derechos humanos. No más legislación de excepción».

Superado el embudo, se retomó la marcha, acompañada por furgonetas estacionadas de Mirentxin que semana sí y semana también recorren las carreteras españolas y francesas para ayudar a los familiares en sus visitas. Portaban carteles que con el atardecer se iluminaron señalando los 945 kilómetros a Clairvaux, 1.040 a Almería, 850 a Córdoba, 875 a Granada y 780 a Alicante. Los voluntarios encendieron bengalas entre irrintzis y aplausos y sacaron una pancarta que rezaba «Errepidetik itsasora», en referencia a una marcha por los presos que tendrá lugar en agosto y que irá desde Baiona a Bilbo.

Víctimas de ETA y GAL

Aunque el inusual buen tiempo mantuvo la temperatura en torno a los quince grados, el frío también se manifestó en cuanto se fue el sol. No obstante, la manifestación ya llegaba a su fin,, concretamente a la Plaza del Ayuntamiento. Eran las 18.30.

Allí, Rodero y Lasa leyeron un comunicado exigiendo el fin de la política penitenciaria hacia los presos vascos: «No queremos que nadie hable en nuestro nombre; pero creemos traducir el sentir de muchas víctimas si decimos que los derechos humanos deben ser también la norma de actuación en las cárceles de España y Francia».

Por ello reclamaron «la no discriminación en la gestión de los benefcios penitenciarios, el acercamiento de los presos y presas a su entorno familiar, la excarcelación de las personas presas gravemente enfermas o mayores o la progresión de grados», porque «si queremos forjar de verdad una convivencia democrática en nuestro país, debemos entender los derechos humanos como punto de partida». «En Euskal Herria vamos avanzando en reconocimiento y empatía a pesar del silencio de las instituciones del Estado», sentenciaron.