Los once ministros y otras tantas ministras del gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos –el primero de este tipo en el Estado español desde la muerte de Franco– tomaron ayer posesión de sus cargos en un acto que tuvo lugar ante el presidente Pedro Sánchez y el rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela.

No hubo ni biblias ni crucifijos, tan solo un ejemplar de la Constitución española, facsímil del original publicado en 1980, que estuvo abierto, como es habitual, por la página en la que se puede leer el artículo 100, referente al nombramiento y separación de sus cargos de los miembros del Gobierno.

Nadie empleó el verbo jurar, y optaron por la promesa de «cumplir fielmente las obligaciones» de su cargo con «lealtad al rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado».

Tras la lectura de los decretos de nombramiento, el primero en asumir el cargo fue el nuevo titular de Justicia, Juan Carlos Campo, para que, como es preceptivo, pudiera ejercer como notario mayor del Reino.

Después llegó el turno del resto, empezando por las tres vicepresidentas –Carmen Calvo, Nadia Calviño y Teresa Ribera– y el vicepresidente y secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.

Tanto Iglesias como el nuevo ministro de Comercio, el líder de IU Alberto Garzón, portaron en la solapa un pin con un triángulo rojo invertido, en referencia a la insignia que los nazis ponían a los presos políticos de izquierda en sus campos de concentración y exterminio, y que actualmente se emplea como símbolo antifascista.

Sin mención a Catalunya

A renglón seguido, los nuevos integrantes del Ejecutivo recibieron sus carteras y ofrecieron sus primeras palabras. Buena parte de las miradas en esta legislatura que arranca convergerán en Carolina Darias, responsable de Política Territorial.

La expresidenta del Parlamento canario no hizo mención expresa a Catalunya, si bien apuntó que «sólo desde la suma se avanza y se progresa» y expresó el deseo de que su Ministerio sea el de «el diálogo, el entendimiento y la cooperación».

Pablo Iglesias recibió su cartera mientras parte de los asistentes coreaban el lema «¡Sí se puede!». Será ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, y tuvo palabras de agradecimiento para los movimientos sociales, los sindicatos y la sociedad civil. «No dejéis de criticarnos, no dejéis de presionarnos, eso significará que podemos hacer las cosas mejor», remarcó.

Llamó la atención la intervención del titular de Universidades, Manuel Castells, quien mostró su disconformidad con la creación del Ministerio que va a dirigir, desgajado de Ciencia e Innovación.

«No estoy de acuerdo con esta separación, pero al mismo tiempo es lo que hay y no va a haber grandes problemas, porque nadie nos prohíbe colaborar y diseñar políticas públicas para avanzar, que es lo que vamos a hacer», indicó el prestigioso catedrático de Sociología. «Dos ministerios, un solo proyecto», enarboló a modo de eslogan.

La exministra de Justicia será la nueva fiscal general

Pedro Sánchez propondrá el nombramiento de la exministra de Justicia, Dolores Delgado, como nueva Fiscal General del Estado, en sustitución de María José Segarra. El jefe del Ejecutivo informó el pasado viernes a Delgado de que no continuaría al frente de la cartera de Justicia, que había asumido en junio de 2018. Su lugar lo ha ocupado Juan Carlos Campo.

Hasta su entrada en el Ejecutivo, Delgado había trabajado en la Fiscalía de la Audiencia Nacional desde 1993. El pasado octubre su rostro apareció en todas las pantallas durante la exhumación y traslado de los restos de Francisco Franco, ya que estuvo presente en el acto en calidad de notaria mayor del Reino.

Su elección ha desatado el rechazo de la oposición y de las asociaciones de fiscales y jueces de corte conservador. Pablo Casado (PP) ya anunció ayer que va a recurrir este nombramiento, al entender que situar a una exministra de Justicia en la cúpula de la Fiscalía «ataca directamente la separación de poderes».GARA