Carlos GIL
Analista cultural

Por amor

Géneros que generan impulsos narrativos, inspiraciones, códigos y rutinas. La historia de la humanidad se empezó a escribir con imágenes, jeroglíficos que se están todavía descifrando como si se buscara un tesoro o un secreto. Asuntos básicos, supervivencia sin una noción de arte, quizás como grito o descripción de unas labores, un testimonio cifrado y anónimo.

¿Cuándo entro en el concepto “amor” en la vida de los homínidos? Tras poder alimentarse de manera consciente, descubrir que la procreación o perpetuación de la especie era fruto de un acto físico, ritual, quizás rutinario que lo podía confundir con las etapas fértiles de sus huertos espontáneos, alguien parceló el terreno, puso guardianas en sus pinares y el viento trajo semillas, melodías y señuelos.

¿Qué sería primero, un enamorado o una enamorada el que sintió algo más que ganas de comer y colocó en el otro o la otra un objetivo superior a lo fundamental? ¿Los poetas cantaban a coro o de manera particular? Han caído muchas hojas del calendario zaragozano, ya no quedan vestigios de los calendarios de camioneros de hace treinta años, pero se sigue escribiendo sobre el amor, se sigue cantando al amor.

Los formatos, las formas, los estilos cambian, pero solamente se puede bailar por amor para expresar algo que tenga que ver con el amor. O con su contrario.

¿Es estancamiento o recurrencia o terquedad argumental? Recibo mensajes virales de amor. Por amor al arte.