Antonio Alvarez-Solís
Periodista
AZKEN PUNTUA

Ese no soy yo

Unos científicos japoneses, que como buenos japoneses llevan pegados al microscopio más de cincuenta años, han dado en el fondo del mar con un ejemplar de la arquea de Asgard, el organismo del que proceden todos los seres vivos –vegetales, animales y seres humanos–, incluyéndome a mí. ¡Jamás contemplé nada tan horroroso! La arquea es un pequeño monstruo hecho de multitud de hilos y nudos unidos inextricablemente. Al parecer, hace dos mil millones de años una arquea se tragó una bacteria por error y empezó a funcionar la vida. Los evolucionistas, a los que debiera meter mano el Tribunal Supremo español –hay que ir al «procés» de los evolucionistas–, se han apresurado a certificar que de ese amasijo de nudos provenimos los seres humanos, sean de izquierdas o de derechas.

Al llegar a ese punto he revisado mis archivos de dirigentes y aún teniendo en cuenta el peinado del presidente de EEUU me niego a admitir que algo con ese antecedente físico pueda sentarse en un parlamento o gobernar un banco. Yo, desde luego, siempre he creído que salí del Paraíso. Comparado Adán con la arquea japonesa, nuestro primer padre era un bombón. Ayer vi una foto de Trump declarando en el impeachment ¡y buena diferencia! En todo caso y como canta precautoriamente Sabina «¡Ese no soy yo!».