Iñaki IRIONDO
EXPOSICIÓN SOBRE GREGORIO ORDÓñEZ

DESMEMORIA DE LOS ÚLTIMOS 25 AñOS

SE ABRIÓ AYER EN EL PALACIO MIRAMAR DE DONOSTIA UNA EXPOSICIÓN DE RECUERDO A GREGORIO ORDÓñEZ, 25 AñOS DESPUÉS DE QUE ETA LO MATARA A TIROS. LA INAUGURACIÓN, QUE HIZO DE CAJA DE RESONANCIA DE LOS MENSAJES MÁS RADICALES DEL PP, SE CONVIRTIÓ EN UN ACTO DE DESMEMORIA DE LO OCURRIDO EN ESTE ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO.

En el 25 aniversario de que ETA matara a tiros al dirigente del PP mientras comía en el bar La Cepa de Donostia, se abrió la exposición “Gregorio Ordóñez, la vida posible” en el Palacio Miramar, que acoge un recorrido por la biografía del político, con objetos personales, tres audiovisuales, varias obras de arte cedidas por sus autores, así como escritos y viñetas.

A la inauguración acudió buena parte de la dirección del PP, acompañada por el expresidente José María Aznar y otros coetáneos como Jaime Mayor Oreja y María San Gil, además del lehendakari, Iñigo Urkullu, el alcalde de Donostia, el diputado general de Gipuzkoa y otros cargos. En total, 300 invitados, entre los que se destacaron la presidenta de Covite y hermana del homenajeado, Consuelo Ordóñez, y la presidenta de la AVT, Maite Araluce.

Palabras de Ana Iribar

La viuda de Gregorio Ordóñez, Ana Iribar, que cuando mataron a su marido tenía un hijo, Javier, de apenas catorce meses, tomó la palabra para señalar, entre otras cosas, que «si todavía hoy necesitamos escuchar la voz alta y clara de Gregorio pidiendo el aislamiento no solo político sino social de los violentos, refiriéndose a la entonces coalición terrorista HB (sic), es porque sus herederos siguen hoy sentados en los sillones de los ayuntamientos y escaños del Congreso y parlamentos autonómicos».

Iribar criticó que «nuestros actuales gobernantes se alejan y mucho de los principios que Gregorio defendía y que son fundamentales en el ejercicio de la política».

Aznar y Casado

Tan solo José María Aznar y Pablo Casado hicieron declaraciones durante el acto y pareció que los últimos 25 años hubieran desaparecido de la hemeroteca. El expresidente del Gobierno hizo referencia a que Gregorio Ordóñez debe servir «a todos» de «lección» para «los días muy difíciles que vivimos», «en los cuales se juegan la vida, la libertad o el destino de los países y las naciones».

Diríase que Aznar había olvidado que tres años después de la muerte de Ordóñez, el 3 de noviembre de 1998, él mismo anunció que había autorizado «personalmente» contactos «con el Movimiento de Liberación Nacional Vasco». Podríamos sacar las actas de las reuniones con ETA y con HB, y su contenido político, con Javier Zarzalejos diciendo que «no buscamos la derrota de ETA».

La desmemoria le afectó también a Casado, quien, como Ana Iribar, lamentó que «los herederos de ETA», en referencia a EH Bildu, estén en las instituciones y tengan un papel activo de interlocutores, como si incluso mientras ETA atentaba no lo hubieran estado y tantas veces miembros del PP hubiesen llamado a sus puertas.

Casado reclamó al lehendakari Iñigo Urkullu que no proponga acercamientos de presos ahora que ETA está disuelta. En el acto estaba Jaime Mayor Oreja, que el 28 de junio de 1996, siendo ministro de Interior y estando secuestrado José Antonio Ortega Lara, dictó el traslado de 33 presos a cárceles vascas, y que reconoció que en la tregua de 1998 hubo «103 aproximaciones» para «crear un ambiente».

Lo que el PP hizo con ETA matando, le pide a otros que no lo hagan ahora después de su disolución, como si estos 25 años no hubieran ni siquiera existido.