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elecciones regionales en italia

El Gobierno italiano se la juega en las elecciones de Emilia-Romagna

El Gobierno de coalición de Italia, debilitado por disensiones internas y la crisis del Movimiento 5 Estrellas, se enfrenta hoy en las elecciones regionales de Emilia-Romagna y Calabria al ascenso de la ultraderecha de Matteo Salvini, que busca ganar en un feudo histórico de la izquierda como primer paso para su vuelta al Ejecutivo.

Las elecciones regionales de este domingo en Emilia-Romagna y Calabria resultan cruciales para el futuro de un Gobierno italiano que se empeña en tapar sus cada vez más numerosas grietas y para el de un Matteo Salvini que está multiplicando su actividad para lograr una victoria que pueda provocar unas elecciones generales anticipadas.

La victoria del ultraderechista en Emilia-Romagna sería un duro golpe en una región tradicionalmente gobernada por la izquierda. También se vota en Calabria pero hacerse con la región «roja» de Italia se ha convertido en una prioridad para Salvini. Los sondeos avanzan un resultado muy ajustado entre la candidata de la Lega, Lucia Borgonzoni, y el del Partido Demócrata (PD), Stefano Bonaccini, actual presidente de la región.

Las últimas encuestas publicadas daban entre un 43% y un 47% de los votos para Borgonzoni y entre el 45% y el 49% para Bonaccini. Con las alianzas de la ultraderecha con Forza Italia y los Fratelli podrían ofrecer a Salvini una victoria que además sea el primer paso para hacerse con el Gobierno italiano.

«Liberemos Emilia-Romagna y después liberaremos el país con Matteo Salvini», afirmaba Borgonzoni en un mitin en Maranello. Tras el triunfo de la Lega en las elecciones regionales de Umbría el pasado octubre, Salvini se dedica sin descanso a agitar el debate político.

Y para ello le ha venido como anillo al dedo su posible enjuiciamiento por el bloqueo durante días de un barco con 131 inmigrantes el pasado junio, cuando era ministro del Interior.

Lejos de ver un peligro para su imagen en cargos como secuestro de personas, abuso de poder y detención ilegal, los ha aprovechado para victimizarse.

Con ese fin, los propios diputados de la Lega votaron a favor de retirarle la inmunidad y de permitir el juicio de su líder en una comisión del Senado. El mismo Salvini había pedido que lo hicieran, lo que sus rivales ven como una estratagema para presentarse como mártir. Por ello, los senadores del Movimiento 5 estrellas (M5S), el PD e Italia Viva ni siquiera participaron en la votación.

«Hay momentos en los que, para alcanzar la libertad, es necesario pasar primero por la prisión. Estoy preparado» proclamó en un acto electoral, parafraseando al escritor anticomunista Giovannino Guareschi.

Además, ha habilitado un correo electrónico para que se ofrezcan aquellos abogados que quieran defenderlo. Al mismo tiempo, su equipo de campaña convocó un ayuno para protestar por el juicio y recurrió a internet para que sus seguidores se inscriban y lo secunden.

«Son casi 5.000 italianos e italianas que ni siquiera conozco, los que hoy renuncian a la comida y a la cena como señal de cercanía y de protesta. Y yo con ellos», afirmó Salvini.

Gobierno en crisis

El líder ultraderechista busca un golpe que cause la caída del Gobierno de coalición italiano –ya tambaleándose por discrepancias y por la crisis interna de uno de sus socios, el M5S– y que provoque la convocatoria de elecciones generales, en las que expectativas de voto de la Lega rondan el 36%

Las desavenencias en el seno de la coalición entre el M5S y el PD han dejado un Gobierno cuya unidad se sustenta, sobre todo, en la voluntad de frenar a Salvini, según otro de los miembros de la coalición, el ex primer ministro Matteo Renzi, líder de Italia Viva.

El primer ministro, Giuseppe Conte ha descartado una crisis de Gobierno en caso de victoria de la Lega, e insiste en que las elecciones solo afectan a la región de Emilia-Romagna y no tiene ninguna incidencia en el plano nacional.

Conte había anunciado ya hace semanas una «verificación de Gobierno» para comprobar si la coalición permanecía unida o estaba definitivamente rota.

En el medio año de coalición, el Ejecutivo se ha mostrado dividido por el Mecanismo Europeo de Estabilidad o por los Presupuestos para 2020, lo que derivó en la dimisión del ministro de Educación, Lorenzo Fioramonti, por falta de fondos para su cartera.

También divergen en la limitación de los tiempos de prescripción de delitos, una reforma fundamental para el M5S, y tienen pendiente la anunciada reforma de la ley electoral. El abandono del ministro de Exteriores, Luigi dei Maio, del liderazgo del M5S ha sido otro golpe al frágil pacto.

Crisis en el M5S

Pero la dimisión sobre todo, es un varapalo para el partido después de haber pasado por un Gobierno de coalición con la Lega de Salvini que lo ha dejado desgastado tanto electoralmente como por disputas internas. Y el resultado de Emilia Romagna puede agravar la crisis.

Por ello, Di Maio se va pidiendo refundar el partido. «Ha llegado el momento para esta espléndida criatura llamada M5S de refundarse», anunció. A la vez, aseguró que continúa vigente la coalición de Gobierno y pidió «ser valorados al menos al final de la legislatura. Creo que el Gobierno debe continuar porque al final los resultados se verán». El M5S fue en marzo de 2018 el partido más votado con el 32% de los sufragios y gobernaba las alcaldías de Roma o Turín. Pero su acuerdo con la ultraderecha espantó a los votantes progresistas y el pacto con el PD aceleró las deserciones entre los más críticos con los partidos tradicionales, contra los que precisamente nació el movmiento. Desde entonces, ha cosechado derrotas en todas las elecciones regionales y ha sido superado por una ultraderecha que no siguió en el Gobierno pero salió reforzado del mismo. Además, en el seno del partido, el liderazgo de Di Maio había sido cuestionado y numerosos parlamentarios se han pasado al grupo mixto.

Por ello, en su renuncia, el ministro aseguraba que «los peores enemigos son los que están en nuestro interior y que no trabajan por el grupo sino por su propia visibilidad».

El riesgo de implosión en el M5S puede acelerarse si el Gobierno pierde la mayoría que le apoya en el Senado, según el economista del Tesoro italiano Lorenzo Godogno.

Giuseppe Conte minimizó las consecuencias de la marcha de Di Maio. «Su decisión representa la etapa de un proceso de reorganización interna del M5S en curso desde hace tiempo y estoy convencido de que no tendrá ninguna repercusión en la vigencia del Ejecutivo y en la solidez de su equipo», afirmó.

Pero el primer ministro vio la situación lo suficientemente delicada a unos días de las elecciones como para anular su participación en el Foro de Davos por «obligaciones gubernamentales urgentes».

Salvini se frota las manos mientras aguarda los comicios en Emilia-Romagna. «El Gobierno está acabado», afirmó tras conocer la dimisión de Di Maio.

 

Las «sardinas» quieren traducir su movilización en votos

Bolonia, capital de Emilia-Romagna, fue el lugar donde en noviembre nació el movimiento de las «sardinas», fundado por jóvenes indignados con la política de Matteo Salvini de odio y exclusión. En su primera concentración logró en tiempo récord reunir unas 15.000 personas en la plaza a la misma hora en que el líder de la ultraderecha reunía en un estadio a unos 5.000 militantes. «Las sardinas, como los pescaditos, unidas son fuertes y pueden convertirse en una ola enorme, en un tsunami», señalaba un seguidor. Cantando el himno antifascista ‘Bella Ciao’, el movimiento se ha extendido a otras ciudades e intenta frenar el ascenso ultraderechista. El pasado domingo, 40.000 sardinas abarrotaron una plaza de Bolonia donde quisieron demostrar que Salvini no es el único que llena las calles. «Estamos aquí para decir que existe una alternativa (...) Nuestra esperanza es que se traduzca en una participación electoral, en una toma de conciencia», explicaba Mattia Santori, una de las cofundadoras. «Espero y creo que Salvini va a perder y que será una derrota que nos hará volver a una política seria», añadió un portavoz, Lorenzo Donnoli.GARA

 

Salvini alardea de su intimidación a una familia tunecina

Lanzado para lograr la victoria, Matteo Salvini no repara en cómo hacerlo. Acompañado de algunos seguidores y periodistas acudió a una vivienda en un barrio periférico, de Bolonia, donde intimidó a un joven, acusándolo de vender droga. «¿Usted vive en el primer piso? ¿Puede dejarme entrar, por favor? Porque me han informado de algo grave y quisiera que usted lo desmienta, me han dicho que usted vende parte de la droga que se distribuye en el barrio», preguntó Salvini desde el portal, divertido. En la escena, reproducida además por las redes sociales, Salvini repite varias veces el nombre de la familia en cuestión y asegura que son tunecinos. «Ha violado mi privacidad y ha dicho mentiras», lamentó el joven de 17 años, que pidió que se borre el vídeo de internet. La acción del líder ultraderechista motivó el rechazo del Parlamento de Túnez, y su embajador, Moez Sinaoui, criticó «la deplorable provocación cometida de forma ilícita» por divulgar sin respeto el domicilio privado de una familia tunecina. Pero Salvini, satisfecho, aseguró que no se arrepiente de lo que hizo porque la droga debe ser combatida «interfono por interfono».GARA