Son palabras de Juana Molina-Prados, antes de que la expedición de Lointek Gernika Bizkaia saliera ayer rumbo a tierras húngaras. «Nuestro objetivo es salir a jugar como si fuéramos 0-0. La renta de 18 puntos nos ayuda a estar algo más tranquilas, pero sabemos que será un partido muy complicado, y ya tuvimos la mala experiencia de Galatasaray. Hay que intentar ganar el partido de Hungría».

Ya llegar era una odisea, a falta de vuelos charter. Las vizcainas salían ayer de Loiu a las 11.35 y, previo paso por Múnich, no contemplaban la llegada a la localidad de Szekszard, más cerca de la frontera con Croacia o Serbia que de Budapest, antes de las 18.15, para tratar de defender esta tarde a las 18.00 –emitido vía streaming por la web de Gernika Saskibaloia– el 91-73 cosechado una semana antes en el polideportivo Maloste.

A pesar de la clara ventaja obtenida en casa, el duro viaje, el ambiente hostil que se espera en el Szekszard Varosi Sportcsarnok y la experiencia del año pasado frente a Galatasaray, invitan a ser prudentes. El 10 de enero del año pasado, Lointek Gernika jugó en Turquía con 15 puntos de ventaja, fruto del 84-69 obtenido en Maloste. Sin embargo, el 76-58 final, con un triple errado por Blake Dietrick sobre la bocina, que hubiera mandado el duelo a la prórroga, mando a las vizcainas a la calle.

«Es otra final. A pesar de los 18 puntos de renta, somos conscientes que hay que salir muy concentradas. y al nivel de dureza que ellas van a ofrecer», añadía una Itziar Ariztimuño que, por otro lado, no creía que el ambiente de la grada magiar vaya ser nada exagerado. «Lo de Galatasaray fue una pasada. Debemos aprender de aquello para que no nos afecte», se mentalizaba la base bilbaina.