Txisko FERNÁNDEZ
DONOSTIA
HUELGA GENERAL EN HEGO EUSKAL HERRIA

Una gran movilización con paros significativos respalda la iniciativa de la Carta Social

Decenas de miles de personas tomaron parte en las manifestaciones convocadas en el contexto de la jornada de huelga general. Los colectivos convocantes se mostraron satisfechos por la confluencia de luchas, que consideran reflejo de una «mayoría social articulada».

La Carta de los Derechos Sociales de Euskal Herria, que fue quien asumió la convocatoria «transversal» de esta jornada de movilización y huelga, considera que «la suma o confluencia de distintas luchas» constatada ayer en las calles del sur del país refuerza «la convicción» de que «esta mayoría social articulada y movilizada la que hará posible el cambio social».

«Tenemos claro que hoy hemos sentado unas bases firmes para avanzar hacia la soberanía popular», indicaron los representantes de los colectivos que suscriben las reivindicaciones de la Carta Social en la comparecencia que realizaron a media tarde para valorar el desarrollo de los acontecimientos.

Ofrecieron datos sobre la participación en las manifestaciones del mediodía, en las que las respectivas coordinadoras de pensionistas –origen de la convocatoria de la Carta Social– hicieron sus propios cortejos, en ocasiones paralelos a la convocatoria general, en la que confluyeron comitivas sindicales, del movimiento feminista y de colectivos juveniles.

Guerra de cifras

Sumaron en total entre 140.000 y 145.000 participantes. De ellos, 50.000 en Bilbo; 35.000 en Donostia; 25.000 en Gasteiz; 20.000 en Iruñea; y el resto en las manifestaciones realizadas en otras localidades, como Eibar, Tafalla, Lizarra o Tutera.

«Ha quedado claro, frente a quienes quieren imponernos el discurso contrario, que en este pueblo existe una mayoría social que aspira a trabajos, pensiones y vidas dignas, y está dispuesta a movilizarse y a tomar las calles para ello», señalaron.

También hicieron un pormenorizado balance por sectores y por territorios, sin omitir que la huelga tuvo un seguimiento muy desigual. Resumiendo, indicaron que el paro fue «muy amplio» en conjunto, «especialmente en Bizkaia y en Gipuzkoa, así como en varias comarcas de Araba y Nafarroa».

Incidieron en que a primera hora se podía calificar de muy amplio en la industria y que después se comprobaba el gran impacto en educación y el resto de servicios públicos, así como en buena parte del comercio.

Al analizar lo ocurrido en el sector público, quisieron recordar que, de manera generalizada, la eventualidad supera el 35% –dato referido a la CAV– y que los servicios mínimos establecidos «condicionan totalmente el derecho a la huelga».

Y se repitió la habitual guerra de cifras. Así, el Gobierno navarro indicó que, a falta de contabilizar el turno de tarde, el 8,13% del personal de la Administración Foral secundó la huelga. De los 28.151 empleados y empleadas que dependen del Gobierno, 6.746 (el 23,96%) debían atender los servicios mínimos.

Por su parte, el portavoz del Gobierno de Lakua, Josu Erkoreka, compareció a última hora de la mañana para dar datos provisionales, señalando que había tenido un seguimiento entre los trabajadores públicos diez puntos por debajo del alcanzado en la huelga general de setiembre de 2013. «Si alguien ha pretendido conseguir una desmovilización general de la Administración, no ha conseguido sus objetivos», remarcó.

Como ejemplo, el Departamento de Educación, que solo había recabado datos de la mitad de los centros de la red pública, afirmó que el 48,3% del profesorado se había sumado a la huelga. En cambio, los convocantes resaltaron que en la educación pública el paro había afectado a más del 80% de los centros y que el seguimiento general fue superior al 60%.

Para Urkullu, «un día más»

En el marco de la movilización del mediodía en Bilbo, los dirigentes de ELA y LAB, Mitxel Lakuntza y Garbiñe Aranburu, advirtieron de que «se equivoca quien piense que tras esta tempestad llegará la calma», augurando que habrá una «primavera roja y en lucha» si en «el plazo de dos meses» los gobiernos de Lakua, Iruñea y Madrid no toman «nota» de la protesta social y «cambian sus políticas económicas y sociales». Centraron sus críticas en el lehendakari Iñigo Urkullu por «mirar solo desde las gafas de la patronal».

Poco antes, Urkullu comentó que para él se trataba de «un día más» en el ejercicio de su «compromiso con la sociedad vasca». Lo dijo durante la visita a un centro sanitario en Donostia, donde aprovechó para comentar que, ante los rumores sobre «posibles adelantos electorales», su Gobierno «en principio» sigue en la «dinámica» de «cumplir con su programa».