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El Gobierno de Lakua analiza con el español asumir los accesos del TAV, como hizo Sanz en Nafarroa en 2010

El Gobierno de Lakua y el Ministerio español de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana analizaron ayer la opción de que la CAV asuma la obra (y adelante el gasto) de los accesos del TAV en Bilbo y Gasteiz, lo que supondría ampliar la encomienda guipuzcoana que prevé que se concluyan todas sus actuaciones para 2023, y dar así un impulso a las actuaciones pendientes en el resto de la “Y vasca”. Es la misma fórmula que acordó Miguel Sanz con otro Gobierno estatal en 2010, en una operación ruinosa para Nafarroa.

La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, y el ministro de Transportes, José Luis Abalos, mantuvieron una reunión en Madrid para dar un nuevo impulso a las obras del TAV, dado que Lakua se declara muy preocupada con los retrasos.

Según informó Lakua tras el encuentro, ambas administraciones se han comprometido a estudiar la ampliación de la encomienda y, tras el acuerdo alcanzado, el Ejecutivo autonómico podría ejecutar los accesos de Bilbo (tramo Zaratamo-Abando) y Gasteiz (nudo de Arkaute).

El Ejecutivo de Iñigo Urkullu afirmó que seguirá cumpliendo sus obras «en tiempo y forma» para cumplir con los compromisos adquiridos. En 2023 todo el ramal guipuzcoano, con las estaciones de Donostia, que se adjudicarán en las próximas semanas, y Ezkio incluidas, estará completado, según el Departamento que encabeza Tapia.

Asumir la obra fue algo que ya hizo el Gobierno navarro de UPN en 2010, a través de un acuerdo con el Ejecutivo del PSOE, concretamente con su ministro José Blanco. Resultó ruinoso para las arcas navarras, ya que el presidente Miguel Sanz comprometió a Nafarroa a asumir incluso todos los intereses del crédito correspondiente. El Ejecutivo Zapatero ya tenía entonces problemas económicos; un mes después decretaría la paralización de toda la obra pública en su famoso «tijeretazo».